España y Portugal se han aliado para potenciar el turismo entre ambos países a través de una red de cruceros fluviales. El proyecto tiene como objetivo crear itinerarios náutico-culturales en los cinco ríos transfronterizos: el Miño, el Limia, el Duero, el Tajo y el Guadiana.
Los cruceros navegarán a vela, tendrán motor eléctrico o híbrido y podrán llevar a grupos de entre 15 y 30 personas. Se trata de barcos pequeños –cuya eslora mide entre 15 y 25 metros– que realizarán paradas en diversos pueblos ribereños.
En cada parada, los turistas podrán disfrutar de actividades como catas de vinos, visitas guiadas y almuerzos en posadas locales, así como rutas senderistas y exploración de atractivos culturales.
El proyecto ha sido bautizado formalmente como Red de Cruceros Ibéricos Fluviales Transfronterizos (RED CIFT). Lo lidera el Clúster Marítimo-Marino de Andalucía (CMMA) y participan ocho socios: cuatro españoles –que provienen de las comunidades autónomas de Galicia, Andalucía, Extremadura y Castilla y León– y cuatro portugueses.
Desde CMMA explican que con esta iniciativa se pretenden "crear sinergias entre el turismo de crucero fluvial y el cultural, transfiriendo conocimientos y experiencias entre las regiones transfronterizas".
Forman parte del plan: la Asociación Gallega de Actividades Náuticas, el Clúster del Turismo de Extremadura y la Asociación Ibérica de Municipios Ribereños del Duero, así como cuatro organizaciones portuguesas, que representan el norte, el centro y el sur de Portugal (Minho, Beira Baixa y Algarve).
El presupuesto total de este proyecto, cofinanciado por la Unión Europea (UE) a través de Interreg España-Portugal –iniciativa de la UE que fomenta la cooperación entre regiones fronterizas de ambos países–, asciende a 816.646 euros.
El pasado 22 de julio se celebró en la sede del CMMA ubicada en el edificio El Rayo Verde, en Málaga, la reunión técnica de lanzamiento del proyecto.
Entre los resultados esperados se encuentran el aumento del turismo fluvial, la generación de empleo y oportunidades económicas, la preservación y valorización del patrimonio cultural y natural, la mejora de la accesibilidad y la promoción de la cooperación transfronteriza.
Los promotores del proyecto se encuentran ahora con varios retos. Uno de ellos es la escasa promoción del turismo fluvial, ya que a pesar de contar con ríos y paisajes fluviales de gran belleza, las cuencas fronterizas han sido menos promocionadas que otras áreas turísticas de las regiones participantes, afirman desde CMMA.
Otros desafío son tanto la falta de infraestructuras y servicios adecuados para el turismo fluvial en las cuencas fronterizas (falta de muelles, amarres, embarcaderos y otros servicios); como la accesibilidad y la conectividad, muy limitadas ambas en las cuencas fluviales; y, por último, la gestión sostenible de los recursos hídricos.
Las asociaciones participantes aseguran que esta red de cruceros mejorará la accesibilidad y la conectividad en las áreas fluviales fronterizas, facilitando el acceso de los visitantes a los destinos y promoviendo la movilidad sostenible.
Apuestan por redefinir el turismo náutico, potenciando la diversificación de la oferta turística en las cuencas fluviales, más allá del turismo de sol y playa y fomentando las actividades relacionadas con el turismo fluvial, cultural, gastronómico, deportivo y de naturaleza.
Aseguran que este proyecto reforzará la cooperación transfronteriza, impulsará el desarrollo económico local, generará empleo y oportunidades de negocio y posicionará las cuencas fluviales como destinos turísticos atractivos nacionales e internacionales.
El siguiente paso después de la reunión de lanzamiento que tuvo lugar en Málaga, es realizar el llamado catálogo de recursos. En esta fase, los técnicos examinan qué puertos deportivos hay, si hay pantalanes, embarcaderos... e iniciarán las conversaciones con los operadores turísticos de la zona.
Después, se presentará el estudio de destino a los ayuntamientos y autoridades locales interesadas en el proyecto donde figurarán las propuestas de mejoras, por ejemplo, si es necesario construir un pantalán o guías turísticos que hablen portugués, inglés y español.
Por último, se organizarán una serie de reuniones en las que se invitará a las empresas turísticas y náuticas para ultimar los detalles del proyecto y confirmar cuántas están interesadas en participar.
Se calcula que esta red de cruceros estará operativa en mayo de 2027.