Arrancar el mes de vacaciones con un retraso de tres horas en el AVE que reservaste con suficiente antelación, para que no te saliera por un hondo quejío de bolsillo, tendría que hacer temblar al mismo ministro tuitero del Reino de España. Ese militante del señor Sánchez, más preocupado en señalar a periodistas que en ponerse realmente manos a la obra con un problema mayúsculo que tenemos con el transporte por tren. Nos hemos acostumbrado y esa es la antesala a la apatía y por último al mangoneo institucional, a que la alta velocidad en el sur de España sea elevada pero veloz, no tanto. No debemos tragar con las incidencias por problemas técnicos que pocas veces quedan suficientemente aclaradas...
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