En los últimos años se ha hablado mucho sobre el impacto que podrían tener el nearshoring y friendshoring sobre la economía costarricense. Para comprender este tema, primero es necesario entender los conceptos para identificar los retos y oportunidades que brindan estos modelos.
Para explicar en pocas palabras el nearshoring y friendshoring, se podría decir que, producto de las coyunturas mundiales actuales —como la guerra en Ucrania y la anterior crisis de contenedores, por citar un par ejemplos— las empresas ubicadas en mercados más grandes, como Estados Unidos, se decantaron por proveedores de bienes y servicios que están geográficamente más cerca. Además de incluir en esa evaluación las condiciones geopolíticas y las relaciones político-comerciales que son favorables y amistosas.
Ahora bien, estos modelos abren oportunidades para países como Costa Rica, cuya ubicación en el continente y su estabilidad a nivel político y económico —que es mejor comparada a otras naciones de la región— favorecen la elección de proveedores, así como la atracción de inversión directa de grupos multinacionales que eligen al país por su calidad en el recurso humano.
Para que las empresas ubicadas en Costa Rica aprovechen esas oportunidades, es necesario comprender y aplicar correctamente la normativa aduanera, tanto las regulaciones locales como los acuerdos comerciales y las disposiciones técnicas que se aplican regionalmente.
Clave fiscal: Registro de Transparencia
En consecuencia, la correcta identificación y el constante proceso de revisión de temas relevantes, como el origen de las mercancías y su adecuada clasificación arancelaria, serán vitales para aprovechar el crecimiento de las exportaciones producto del nearshoring y friendshoring.
Entre tanto, para la gestión cotidiana es importante aplicar correctamente la normativa aduanera para que no se produzcan dificultades con las autoridades y que puedan suponer problemas en el pago de aranceles, así como incumplimientos de requisitos no arancelarios.
Las empresas deberán prestar especial atención a la cadena de suministros que necesitan para producir sus mercancías, pues será necesario aplicar correctamente los temas de origen y así aprovechar los beneficios de los acuerdos comerciales que tenemos vigentes. Esto implica asesoría y capacitación, que serán siempre una buena práctica en aras del crecimiento ordenado y estable de las empresas exportadoras.
El autor es socio de Impuestos y Servicios Legales de Deloitte Costa Rica.