El deporte, en muchas ocasiones es demasiado cruel. Sobre todo, cuando golpea a los deportistas que más merecen la gloria, en los momentos en los que más duelen. Este domingo,
el corazón de toda España se rompió en mil pedazos al escuchar los gritos de Carolina Marín, esta vez de dolor y no de alegría,
al caerse al suelo entre lágrimas.
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