Más de 380 deportistas integran la delegación española que participa en los Juegos Olímpicos de París. Ellos, sus equipos, los miembros de la Familia Real... no son los únicos españoles que participan en las Olimpiadas.
Hay también en París y otros puntos de Francia decenas de policías nacionales, guardias civiles y militares del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire, que se integran en el amplísimo dispositivo que trata de garantizar la seguridad en la gran cita del deporte internacional que se celebra cada cuatro años.
Al frente del contingente de la Policía Nacional, como jefe de misión, se encuentra el inspector jefe Iván Vizcay. Es el jefe de la IXª Unidad de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios), con base en Oviedo.
La Dirección General de la Policía le eligió para liderar esta misión por sus conocimientos de idiomas (inglés y francés), por su amplia experiencia en misiones internacionales (ha estado en Líbano, en acontecimientos como el Mundial de Fútbol de Sudáfrica de 2010) y por el hecho de que los mandos de las UIP suelen gestionar dispositivos de seguridad amplios ante eventos de especial relevancia.
Pasado el ecuador de los Juegos Olímpicos (comenzaron el viernes 26 de julio y terminarán el domingo 11 de agosto), el inspector jefe Vizcay hace balance de la actividad de los 144 policías nacionales que están desplegados en Francia para colaborar, como otros cuerpos policiales extranjeros, con las fuerzas de seguridad francesas en su misión de blindar las Olimpiadas.
Celebra que están consiguiendo “muy buen resultado” las patrullas que realizan agentes de las Unidades de Intervención Policial y de la División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional.
Los policías españoles patrullan junto con agentes franceses, de la Gendarmerie y de la Police Nationale: en ocasiones a pie, y otras veces en vehículos de los cuerpos franceses. Realizan “patrullas de último kilómetro”, en las zonas cercanas a los recintos deportivos donde se celebran las pruebas de los Juegos Olímpicos.
También están llevando a cabo vigilancias estáticas en puntos fijos, en infraestructuras de vital importancia que se entiende que deben ser especialmente protegidas. No hay que olvidar que la red ferroviaria en torno a París sufrió sabotajes coordinados al inicio de los Juegos.
Los policías de las patrullas despliegan a diario en diez distritos de París, y se enfrentan a tareas muy similares a las que realizan los agentes de seguridad ciudadana en España: efectúan detenciones de sospechosos de delitos en vía urbana, y también llevan a cabo controles e inspecciones en los que se están incautando drogas.
España, como otros cuarenta países, recibió una solicitud del Gobierno de Francia para enviar personal policial que se integraría en el despliegue de seguridad de los Juegos Olímpicos. Las autoridades franceses hicieron una serie de peticiones concretas, de capacidades o especialidades que requerían.
Entre ellas, España aporta también guías caninos, agentes con perros adiestrados en detección de explosivos, drogas... Se han trasladado de Madrid a París una decena de policías con su perro, y están siendo muy valorados por las fuerzas francesas. Se calcula que hay activos más de 300 perros adiestrados trabajando en este dispositivo de seguridad.
Otra de las capacidades que están siendo mejor valoradas por las autoridades francesas son los agentes dedicados a detectar y neutralizar drones. Preocupaba la posibilidad de que grupos terroristas pudieran atentar contra los Juegos Olímpicos con este tipo de vehículos aéreos controlados a distancia, una amenaza que se cierne sobre todos los grandes eventos y sobre los edificios e instalaciones más sensibles.
España envió a Marsella, donde se llevan a cabo pruebas de vela y partidos de fútbol, militares del Ejército de Tierra con un radar de artillería antiaérea.
Por su parte, la Policía Nacional ha desplegado agentes del Área de Seguridad y Protección Aérea, con el inspector jefe Ángel Siles al frente. Estos policías se despliegan en puntos clave con sistemas para detectar drones, y para inhibir su vuelo y neutralizarlos.
Aunque parezca una amenaza remota, lo cierto es que está siendo muy real. A diario los agentes especializados detectan drones, hasta cinco o seis, que vuelan sin permiso. No quiere decir esto que estos drones volaran con intención de atentar o sabotear un estadio olímpico, pero sí que estaban volando por zonas no autorizadas.
El inspector jefe Iván Vizcay destaca las altas capacidades de esta unidad que está desplegada en París, que están consiguiendo buenos resultados y el reconocimiento de las fuerzas de seguridad francesas.
Ya participaron, por ejemplo, en la protección de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que se celebró en Madrid en junio de 2022.
Como en todo gran evento de estas características, las fuerzas de seguridad tienen que manejar una gran cantidad de alertas y avisos de amenazas potenciales. También ocurre así en el dispositivo de seguridad por los Juegos Olímpicos de París.
Robos de coches, detecciones de personas sospechosas, movimientos de grupos extremistas... todo ello llega a los centros de coordinación y se imparten órdenes a los agentes implicados en la operación de seguridad que trata de blindar París y las subsedes olímpicas.
La Policía Nacional mantiene destacados en Francia a agentes de otras especialidades. Desplazó a diez jinetes y diez caballos, de la Unidad de Caballería, también para realizar patrullas por las calles de París.
Personal de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras se encuentra destacado en los aeropuertos parisinos Charles de Gaulle y Orly, y en varias ciudades, en tareas de control de documentación de las personas que asisten a las competiciones olímpicas.
Agentes de la Brigada Móvil prestan seguridad en distintos medios de transporte en París.
Y en Nantes, donde se disputan partidos de fútbol, se ha destacado a agentes especializados en hacer de enlace con las aficiones que siguen a los equipos.
La llegada de los 144 policías nacionales estuvo precedida de un trabajo de preparación, del que se encargó la Unidad de Planificación Estratégica y Coordinación (UPEC) del cuerpo. Un comisario lideró los trabajos para diseñar todos los detalles del traslado y el trabajo en Francia.
Los policías se alojan en hoteles, no lejos de los puntos donde tienen que trabajar, y cuentan con unas tarjetas para las comidas y para viajar en el transporte público. La logística funciona sin problemas, tras algunos desajustes los primeros días.
Los agentes españoles dependen de comisarías de distrito, donde además hay unos puntos de contacto donde resolver cualquier problema de intendencia.
En la Embajada de España en París se ha organizado un centro de coordinación, con el inspector jefe Vizcay al frente, y el consejero de Interior de la embajada también participa de otro centro de coordinación de todos el despliegue.
De esta forma se facilita la interlocución entre los distintos niveles de dirección del dispositivo de seguridad.
Los policías nacionales desplegados son voluntarios. La Dirección General de la Policía ofreció plazas por especialidades, y se presentaron más solicitudes que plazas.
Buena parte de los elegidos ya tenían experiencia internacional, y para otros es su primera misión fuera de España. Para elegirlos, se valoró especialmente su conocimiento de idiomas.
La mayoría de los policías cubrirán enteras las dos semanas de Juegos Olímpicos, salvo algunos que se relevan con otros compañeros llegados de España ya comenzada la competición.
Cuando acaben estos Juegos, el 11 de agosto, volverán a España. Habrá también refuerzos españoles en los Juegos Paralímpicos, que se celebrarán en las semanas siguientes.
El inspector jefe Iván Vizcay destaca que la Policía Nacional cuenta también con una representación en el propio equipo olímpico español. El piragüista Saúl Craviotto compite en K4-500, y en su vida diaria es policía nacional.
