Como millares de parisinos, con techo y sin techo, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte han dejado París a los turistas y periodistas que glosan los encantos de la capital, durante los Juegos Olímpicos, par huir y buscar refugio en el Fuerte de Brégançon, fortaleza medieval, en el Mediterráneo próximo a España, residencia estival de los jefes de Estado franceses. Como el resto de la clase política y casi la totalidad de sus ministros, dimitidos, pero en funciones, Macron estuvo presente en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos (JJ OO) , pero prefiere seguir el gran acontecimiento a través de la tv, como la inmensa mayoría de los parisinos. Una gran mayoría de parisinos decidieron huir de la...
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