Hubiera sido un día de felicidad completa en la delegación española de no haber sido por un triste adiós. Una invasión de nostalgia viendo cómo la Selección de basket masculino ponía carpetazo definitivamente a una era todavía representada por
Sergio Llull o Rudy Fernández, que disputó su último partido. Se retira uno de los grandes de las últimas décadas.
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