El pasado 30 de julio se cumplieron tres décadas de una famosa foto que nos enorgullese como club. Sebastián de la Cruz en la cima del K2, el ochomil más difícil de escalar, con una bandera del Club Andino Bariloche, entidad que formó al escalador quién entre otras proezas a los 16 ya había escalado el Fitz Roy. La decisión de llevar la bandera del club al K2 fue una declaración de identidad y un tributo a la comunidad de montañeses que lo apoyó desde el inicio. Este acto de orgullo y determinación sigue inspirando a alpinistas y aventureros en todo el mundo.
Hoy, 30 años después, celebramos no solo la valentía y la habilidad de Sebastián de la Cruz, sino también el espíritu de aventura y superación que él representa. Su hazaña continúa siendo un ejemplo de lo que se puede lograr con pasión, dedicación y el apoyo de una comunidad unida.
El Club Andino Bariloche recuerda con admiración ese logro monumental y sigue promoviendo el amor por las montañas y el esfuerzo