La selección de David Martín ya está en cuartos. En las dos jornadas que faltan de la primera fase -Japón y Francia- se trata de seguir invictos en busca del mejor cruce posible
Tres partidos, tres victorias y líderes del Grupo B con lo que la clasificación para cuartos está garantizada. Ahora se trata de cerrar la primera fase (Japón -3 de agosto- y Francia -5 de agosto-) con un pleno de victorias para llegar al miércoles 7, la fecha de cuartos, y que el rival no sea Croacia o Italia. España intimida porque tiene un equilibrio entre defensa y ataque que no ha encontrado antídoto en lo que va de campeonato. Superó a Australia (9-5), derrotó a Hungría después de 26 años (10-7) y acabó con Serbia (11-14) sin ser particularmente brillante. Los balcánicos fueron oro en Río y Tokio, aunque el equipo actual esté lejos del que fuera bicampeón olímpico.
Ya lo dice David Martín: "La defensa es una seña de identidad nuestra, tenemos una intensidad muy grande y no debemos perder el hacer sufrir a los rivales. Tenemos que sacar nuestra mejor versión en esta faceta". Pues esa defensa que había maniatado a Australia y sobre todo había secado el arsenal de Hungría tardó en aparecer ante los balcánicos. Y eso que la selección tuvo un buen arranque. Repartió responsabilidades en ataque -ya han marcado todos los jugadores en el torneo-, aprovechó las superioridades y mediado el segundo cuarto mandaba por 3-6. Pero la defensa no estuvo a la altura de los partidos anteriores y Serbia aprovechó para endosar un parcial de 3-0 y equilibrar el partido. La aparición de Alberto Munárriz a siete segundos para el descanso permitió a España mandar mediado el choque y que la selección volviera a despegar. Un parcial idéntico al de los serbios devolvió el control a los de David Martín.
Faltaba por aumentar el rendimiento defensivo y en ello se afanó España, pero los balcánicos se agarraron a uno de los elementos de su glorioso pasado y máximo goleador del torneo, Dusan Mandic. El cañonero acudió al rescate de los suyos y España en tres cuartos había encajado más goles que en el duelo ante Hungría. Con un periodo por delante todo estaba por decidir (9-10).
Y ahí, en el tramo decisivo, apareció la defensa. En inferioridad, en igualdad numérica, en todos los escenarios. Fue la clave para que España tomara la ventaja definitiva. Un gol de pillo de Álvaro Granados en una doble superioridad reinstauró por tercera vez una diferencia de tres tantos. Y la selección ya no dejó reaccionar a los serbios. Los campeones de Europa y del mundo siguen inmersos en la misión de ganar el oro olímpico. Ya lo asegura David Martín: "No nos escondemos, entrenamos con el objetivo de ganar el oro".
11. Serbia (3+3+3+2): Filipovic, Mandic (4), Rasovic (0), Randelovic (0), Dedovic (1), Drasovic (0) y N. Jaksic (2) -siete inicial- Cuk (2), Ubovic (2), P. Jaksic (0), Rasovic (0) y Randelovic (0).
15. España (4+3+3+5): Lorrio, Munarriz (2), De Toro (0), Larumbe (0), Famera (1), Perrone (3) y Bustos (1) -siete inicial- Granados (4), Sanahuja (2), Cabanas (1), Tahull (0) y Biel (1).
Árbitros: Alexandrecu (Rum) y Colombo (Ita). Sin eliminados.
Incidencias: 5.654 espectadores en el Centro Acuático de París. Tercer jornada del Grupo B del torneo olímpico masculino de waterpolo.
