Tres orejas, dos estocadas y una puerta grande . Un orden decreciente para una tarde ascendente. Un conjunto que impulsa anímicamente al torero y a la vez devuelve la confianza que por momentos perdió la afición. Dos faenas marcadas por su inapelable sentido del temple, tanto como para mantener la estructura ante el justo primero, como para dulcificar el exceso de picante del cuarto. Un lote de triunfo, el de Javier Zulueta, que no llegó a encontrarse con ese novillo supremo llamado Dosjaleos , lidiado en segundo lugar por el debutante Enrique Toro , que será uno de los grandes animales de estas Colombinas 2024. Fue por tanto un cheque al portador la novillada de José Luis Pereda, que en...
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