La carabela portuguesa es una colonia de organismos marinos y aunque de apariencia puede ser muy similar a las conocidas medusas que aparecen cada año en las playas andaluzas, lo cierto es que una picadura de esta especie es aún más peligrosa al tener un veneno mucho más potente . Estas colonias que componen la carabela portuguesa buscan las aguas cálidas de todo el planeta para extenderse, especialmente en áreas tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico. Consiguen llegar hasta las costas españolas impulsados por los vientos marinos y sus largos tentáculos , que pueden llegar a medir hasta 50 metros de longitud. Hasta la playa de La Barrosa , en Chiclana de la Frontera (Cádiz), han llegado varias colonias de carabela portuguesa que quedaron varadas en la orilla. El Ayuntamiento de Chiclana confirmó que durante el fin de semana los servicios de limpieza , en colaboración con la Cruz Roja , llegaron a recoger hasta diez ejemplares . A simple vista es posible confundirlas con medusas , pero se pueden distinguir fácilmente observando diferentes aspectos y comportamientos. A diferencia de las medusas, la carabela portuguesa no nada , simplemente flota y se deja llevar por la corriente. El cuerpo o bolsa queda visible , por encima de la superficie del mar , mientras que sus tentáculos se mantienen sumergidos . Su color azul o púrpura , en toda la zona del globo, bolsa o vejiga, también ayuda a reconocerla más rápidamente. Cuando la carabela portuguesa se siente amenazada o en peligro, despliega su mecanismo de defensa automáticamente, liberando un veneno paralizante que posee en sus tentáculos, con más de un millón de elementos urticantes que pueden causar reacciones alérgicas en los bañistas. En caso de picadura, es fundamental actuar rápidamente acudiendo a un punto de socorro, si es posible, para buscar atención médica . Si no hay servicios médicos en la zona, lo primordial es limpiar la picadura con la propia agua salada del mar o con alcohol , nunca con agua dulce porque puede agravar los efectos. Una vez que esté la zona limpia de los restos de tentáculos, se recomienda aplicar calor y poner alguna crema antiinflamatoria que contenga cortisona. Es un procedimiento diferente al de la cura de las picaduras de medusas , por lo que en este caso no sería recomendable poner vinagre como sí sucede con las lesiones provocadas por medusas.