Refrendado por unanimidad por el comité ejecutivo de la CEOE y por UGT y CC.OO., el acuerdo que permitirá compatibilizar el cobro de la pensión con el salario cuando la jubilación se retrase cinco años representa un pequeño paso, pero de enorme carga social, en el camino que lleva al retraso de la edad de jubilación. Incentivado por una doble retribución, esta prórroga voluntaria de la vida laboral responde a la lógica del progresivo aumento de la esperanza de vida y, sobre todo, al necesario cambio de una cultura de las pensiones –y en general del estado del bienestar– que a medio plazo ha de pasar por asumir nuevos retos, que no sacrificios, y por modificar la consideración del trabajo...
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