Se ve que en estos Juegos Olímpicos, el waterpolo español ha decidido romper registros y rachas históricas. Si ayer fue la femenina con Estados Unidos, esta vez la Selección masculina ha vuelto a citarse con la historia para vencer a Hungría (10-7) en el segundo partido de la fase de grupos.
Todavía falta mucho torneo, pero lo visto hasta ahora demuestra que España es una firme candidata a todo. Desde 1998, los nuestros no derrotaban al equipo magiar en un partido de gran competición -léase Juegos, Mundial o Europeo- en la piscina. Esta victoria tiene, por tanto, mucho más valor.
El partido fue tan trabado e intenso que hacer un gol era poco menos que una odisea. Empezó con más acierto España, que hizo un primer cuarto tan completo que sólo tuvo un fallo: en el último segundo, y costó un gol en contra. Era el 2-1 y rebajaba los agobios del cuadro húngaro.
La devolvió Marc Larumbe ocho minutos después, en la última acción antes de ir al descanso, con el partido empatado y aprovechando un despiste defensivo rival, que además estaba en inferioridad.
Los intercambios de golpes fueron una constante. ¿Que España metía un parcial de 2-0? Los húngaros respondían con otro. Pero, esta vez, el que dio el último volvía a dar más fuerte, y fueron de nuevo los españoles para afrontar el último cuarto con dos de renta.
Y, para terminar de dar el campanazo, el parcial empezaba con gol de España. No sólo eso, sino que la solidez defensiva fue tal que los húngaros tardaron casi cinco minutos en sobrepasar a Unai Aguirre. Y no volvieron a hacerlo más. Después de dos jornadas, sólo España e Italia -ésta en el grupo A- suman seis puntos en todo el torneo. El siguiente rival será Serbia, Pero, después del hito de esta noche, la sensación es que los nuestros pueden con todo.
