Los Juegos no se acaban para los deportistas cuando terminan de competir. Unos se quedan para ver competir a sus compañeros y seguir animándolos; otros, para hacer un poco de turismo con su pareja y alguno más para tomar decisiones que les pueden cambiar la vida.
Es el caso de una de las deportistas españolas que han competido en París. Ella lo hizo el primer día y ahí acabó su recorrido en París. Su competición sólo duraba un día, pero estuvo cerca de colgarse una medalla en los que son sus primeros Juegos Olímpicos.
Laura Martínez compitió el sábado en judo, en la categoría de menos de 48 kilos, y se le escapó la medalla de bronce al perder contra la francesa Shirine Boukli. Antes había perdido en la semifinal contra la mongola Baasankhuu Bavuudorj. Laura era inconsolable después de su derrota en la técnica de oro.
La emoción se ha repetido hoy pero por otros motivos, cuando su novio, el también yudoca José Antonio Aranda, compañero también de club, le dijo bajo la Torre Eiffel que quería decirle una cosa.
Aranda, vestido con la camiseta que la selección española de fútbol llevaba en la Eurocopa 96, la misma que llevaban este año en sus apariciones en público, y con el pelo teñido con los colores de la bandera de España, hincó rodilla y le enseñó el anillo. La madrileña, emocionada, se llevó las manos a la cara y no pudo evitar las lágrimas de emoción. Claro que quiere.
Una emoción diferente esta vez. Laura Martínez no se llevó de París la medalla de bronce, pero se lleva un anillo con la intención de que sea para toda la vida.