Clasificada matemáticamente España para los cuartos de final, Santi Denia sacó el 'equipo B' para disputar el primer puesto del grupo ante Egipto. Únicamente Aimar Oroz repetía como titular ante los africanos, que tenían que sacar al menos un punto para pasar a la siguiente fase. Al final, un conjunto español desconectado, sin chispa ni verdaderas intenciones, sucumbió ante los egipcios por 1-2, que acaban como primeros, mientras que los españoles terminan segundos de grupo. Si algo había demostrado el equipo español hasta este encuentro era la verticalidad y un centro del campo rápido. Sin un gran juego, las victorias ante Uzbekistán y República Dominicana no habían hecho saltar las alarmas. El último encuentro de fase de grupos no se planteaba tan complicado, ya que hasta este partido los africanos solo habían materializado un gol. El exceso de confianza del seleccionador pasó factura durante los primeros 45 minutos. Un combinado muy plano y que no llegó a causar acciones de verdadero peligro ante el guardameta egipcio. Diego López junto a Sergio Camello intentaban conectar con un Samu Omorodion perdido, sin terminar de estar cómodo entre los centrales rivales. Egipto, muy hermético, bien posicionado y sin fallos, consiguió sorprender al filo del primer tiempo. Una gran contra y asistencia de Zizo a Adel, que fusiló la portería de Iturbe sin contemplaciones. El portero español pudo hacer algo más ante el disparo del extremo, que fue el mejor de los suyos. Santi Denia sabía que tenía que mover el árbol de los jugones para que algo cambiará en el juego y en el marcador. Incluso con el empate le valía a España para clasificarse líder, pero con los cambios nada cambió. Continuó la tosquedad del juego, por momentos difícil de ver. Nada proponían los españoles, y los egipcios lo aprovecharon. Tras 15 minutos de segunda parte y con los futbolistas españoles a verlas venir, un terrible error de Pacheco cediendo el balón al portero costó el segundo gol. Otra vez Adel, que no perdonó el regalo. Desconexión general de España. Con La Rojita totalmente volcada a la ofensiva, a intentar arreglar el desaguisado y conseguir el gol del honor, la sangría pudo haber sido mayor. A pesar de las llegadas y centros de los laterales, los delanteros no supieron sacar provecho. Camello tuvo las dos oraciones más claras en la segunda mitad, pero ambos remates se fueron por centímetros. La sentencia pudo llegar con un tercer gol de los egipcios, pero el asistente anuló el tanto. Esa acción despertó a los de Santi Denia. Camello, el mejor de los españoles, puso un centro perfecto para Omorodion, que esta vez no perdonó. Era el 90, pero los diez minutos de descuento le dieron picante al partido, insípido hasta el momento. Los egipcios decidieron que no se jugara más, adormeciendo aún más el partido. Los españoles lo intentaron en vano e incluso los africanos tuvieron una última oportunidad que Iturbe salvó. Muchas cosas tiene que cambiar Santi Denia si quiere disputar las medallas.