La ola de calor estival que atraviesa Europa ha disparado la contaminación por ozono en gran parte del Viejo Continente por encima de los valores fijados por las normas europeas de calidad del aire ambiente, advirtió este martes el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
En un nuevo informe, Copernicus señala que se ha pronosticado un nuevo episodio de altas concentraciones de ozono en superficie, y que se supere los valores límite establecidos por la legislación europea de calidad del aire en varias zonas del oeste y sur de Europa entre el 29 de julio y el 4 de agosto, informa Efe.
En particular, se prevén concentraciones de ozono en superficie con valores máximos en la región de París, el Benelux y Alemania, "lo que pone de relieve el importante papel que desempeñan las emisiones precursoras (óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles) que a menudo se emiten lejos de los lugares donde tienen lugar los episodios de contaminación".
También se prevé que el valle del Po, en el norte de Italia, experimente concentraciones muy elevadas de ozono en superficie durante esos días, afirma el observatorio de la Tierra del programa espacial de la Unión Europea (UE).
En España, el pasado jueves Ecologistas en Acción denunció que las elevadas temperaturas "están disparando los niveles de ozono en el aire" en el centro y sur de la Península Ibérica. La organización apuntó como causas de este fenómeno a la elevada radiación solar, sumada a las emisiones contaminantes del tráfico rodado, el transporte marítimo y aéreo y la mayor generación eléctrica en centrales térmicas debido al mayor uso de aire acondicionado. Ecologistas en Acción recuerda que el umbral de información a la población está establecido por normativa vigente en una media de 180 microgramos de ozono por metro cúbico de aire, mientras que el umbral de alerta se eleva hasta 240 microgramos por metro cúbico, "que raramente se alcanza en España".
La agencia europea recuerda que la superación de las concentraciones de ozono por encima de los valores fijados por las normas "supone importantes riesgos para la salud y el medio ambiente".
Uno de los efectos del ozono sobre la salud es la inflación de los pulmones, que, sumada al estrés térmico del verano, puede crear condiciones críticas, especialmente para quienes ya padecen enfermedades.
Según la Directiva europea sobre calidad del aire ambiente, la media octohoraria máxima diaria de los niveles de ozono debe ser inferior a 120 µg/m3, con una superación permitida de 25 días al año (18 días en la directiva revisada sobre calidad del aire ambiente aprobada por el Parlamento Europeo en abril de 2024).
Además de los efectos adversos sobre la salud humana, las concentraciones de ozono en superficie también tienen efectos nocivos sobre la vegetación y los ecosistemas y pueden afectar gravemente al rendimiento de los cultivos y ser responsables de la pérdida de biodiversidad.
Los episodios de altas concentraciones de ozono en superficie están influidos por las emisiones de precursores y por las altas temperaturas y la radiación solar, por lo que podrían ser más frecuentes con el aumento del número de olas de calor y el aumento de las temperaturas, indica CAMS.
Otra característica del ozono es su larga vida en la atmósfera, por lo que los niveles de ozono en algunas zonas también se ven influidos por el transporte a larga distancia de la contaminación atmosférica.
Laurence Rouil, directora del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), señaló que "prever con precisión y comprender el transporte de ozono a larga distancia es vital".
"A medida que aumentan las temperaturas debido al cambio climático, nuestra capacidad para predecir y responder a estos episodios se vuelve cada vez más crucial para proporcionar alertas oportunas y permitir a las autoridades responder rápidamente con medidas adecuadas para mitigar los riesgos para la salud y los impactos ambientales", afirmó.