Las redes sociales han revolucionado los modos de interacción en el mundo y, sin duda, ofrecen ventajas y beneficios en diversos ámbitos. Sin embargo, pueden también alentar prácticas que ponen en peligro a los usuarios, en particular a los de menor edad.
Aun cuando las políticas de diversas plataformas señalan que la edad mínima para el uso de sus servicios es mínimo de 13 años, se observa que el interés por este tipo de herramientas crece en los niños, las niñas y los adolescentes. Hoy en día, hay una preocupación mundial por velar por la seguridad digital infantil, ya que se ha detectado que su uso poco supervisado o inadecuado abre las puertas a problemas de acoso, violencia y salud mental.
Recientemente, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos sancionó a la plataforma NGL por promover su servicio a menores de edad, alegando falsamente emplear medidas de seguridad para resguardar su privacidad y seguridad.
La directora de la FTC, Lina Khan, manifestó que la denuncia presentada en conjunto con la Oficina del Fiscal de Distrito de Los Ángeles fue por prácticas engañosas de la empresa digital y la comercialización agresiva de su aplicación a los niños y adolescentes, sabiendo que los exponían al acoso cibernético.
Ahora, NGL está obligada a impedir que los usuarios accedan a la aplicación si indican que son menores de 18 años y eliminar cualquier dato que haya obtenido de menores de edad, así como a devolver el dinero de los suscriptores a los que engañó.
Otro caso es la vigilancia que la Unión Europea está haciendo a la plataforma de TikTok, en específico a su versión Lite, para verificar si cumple con la Ley de Servicios Digitales en materia de protección de menores, transparencia en la publicidad, y gestión de riesgos en el diseño adictivo y contenidos nocivos.
De igual modo, se quiere confirmar que se están protegiendo los derechos de los niños y las niñas con las suficientes herramientas de verificación de edad utilizadas, mismas que deben ser “razonables, proporcionadas y eficaces”.
El expediente que se ha abierto para investigar a la plataforma propiedad de la empresa china ByteDance podría arrojar una sanción de hasta el 6% de su volumen anual global, en caso de no cumplir con las medidas de seguridad.
En tanto en Estados Unidos, se está impulsando que ByteDance venda la plataforma, ya que, por tratarse de una empresa china, podría usar la información de los estadounidenses de formas inadecuadas. De no acceder a su venta, las autoridades del vecino país considerarían ilegal su uso.
Como se ve, hay iniciativas que buscan la protección y seguridad de los usuarios más jóvenes en los servicios digitales, pero las acciones todavía resultan precarias. Ante ello, en Early Institute insistimos en que la mejor manera de evitar escenarios peligrosos es advertir sobre los riesgos y vigilar el uso de estas herramientas en todo momento. Hoy más que nunca se deben extremar las precauciones, activando controles parentales y limitando el acceso a estas plataformas. Es fundamental tomar medidas de prevención que puedan contrarrestar los peligros que encierran estas nuevas tecnologías en los usuarios más vulnerables e impulsar acciones de seguridad que efectivamente garanticen el resguardo de su integridad física y emocional.