Aunque desde hace años no ofrezca titulares de prensa, Siria sigue estando oficialmente en guerra civil . La reciente visita a Moscú del presidente Bashar al Assad ha servido para recordarlo. Es un conflicto de baja intensidad desde el alto el fuego logrado en marzo de 2020 -nueve años después del comienzo del levantamiento armado contra el régimen-, pero es un conflicto real. El país está partido en cuatro zonas enfrentadas entre sí, aunque el régimen de Assad controla casi dos tercios del territorio, incluyendo la capital, Damasco , y la principales urbes. En 2011, poco después del estallido de la mal llamada Primavera Árabe , nadie apostaba una libra siria por el régimen dictatorial y laico de los Assad. La tozudez del hijo médico de Hafez al Assad -convertido en presidente por accidente- y el nada desdeñable apoyo recibido de Rusia y de Irán lograron revertir una situación al principio desesperada para la dictadura. El régimen, con la ayuda de sus fuerzas armadas y su temible policía secreta, ha logrado no solo asentarse en las ciudades sino también recuperar territorio a las fuerzas rebeldes, que también cuentan con apoyo exterior. La guerra civil continúa con choques ocasionales en las líneas divisorias y una presencia ostensible de potencias extranjeras en otro de los Estados fallidos de la región . Esta realidad certifica que no es la ideología ni el sectarismo entre sirios chiíes (alauíes) y suníes lo que explica la guerra , sino los intereses geoestratégicos de las grandes potencias. El régimen de los Assad está vinculado a los alauíes (aunque Asma, la rutilante primera dama, antigua ejecutiva de la banca internacional, es suní). El territorio rebelde más extenso, en el noreste, está controlado por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) , dirigidas por la etnia kurda, de mayoría suní. Su principal apoyo es Estados Unidos. En la zona central del norte de Siria se encuentra un segundo territorio rebelde donde impone su ley el Ejército Sirio Nacional (ESN) , armado y financiado por el régimen turco de Erdogan , suní. Finalmente, el tercer territorio rebelde se sitúa en el nororeste; está en manos del movimiento islamista Al-Sham, vinculado a Al Qaeda y considerado terrorista tanto por Occidente como por la ONU. ¿Qué es del Estado Islámico , el movimiento yihadista suní que llegó a tener su 'califato territorial' en un fragmento de Irak y Siria con capital en Raqqa? Han sido casi exterminados, pero algunos comandos supervivientes siguen operando en las montañas que separan los dos países árabes.
