El presidente andaluz amplía su gabinete con una consejería más, al desgajar Cultura y Deporte de Turismo, envía a la responsable de Salud, muy discutida por la oposición, a Medio Ambiente, y nombra de portavoz a Carolina España, consejera de Hacienda
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Juan Manuel Moreno ha cambiado la mitad de su gabinete en el ecuador de la legislatura. El presidente andaluz ha anunciado una crisis de Gobierno en toda regla, sustituyendo al portavoz de la Junta y a las responsables de Salud y de Desarrollo Educativo, contando con cuatro independientes, y una ampliación de la estructura gubernamental, que pasa de 13 a 14 consejerías.
La nueva portavoz será la también consejera de Hacienda, Carolina España, una veterana dirigente del PP de Málaga -muy próxima a Moreno- que representa un perfil más duro y más de partido para los próximos dos años, hasta las elecciones de 2026.
Pero el cambio más significativo es el de Catalina García, responsable de la cartera de Salud y Consumo, muy discutida por la oposición en el Parlamento y por los sindicatos sanitarios en las calles, con constantes movilizaciones y una huelga.
Durante los últimos dos años, García ha sido diana de las críticas más duras de la oposición al Gobierno de Moreno, exigiendo reiteradamente su dimisión en sede parlamentaria por la “nefasta” gestión de las abultadas listas de espera, la falta de sintonía con los sindicatos del sector y los discutidos contratos a dedo con las clínicas privadas para derivar a pacientes que han rebasado el plazo legal para operarse en la pública.
Moreno marca un punto de inflexión al apartarla de Salud, pero la deja dentro del Ejecutivo. A partir de ahora, García pasa a encargarse del departamento de Medio Ambiente. Su puesto en la Consejería de Salud lo ocupará un rostro nuevo, Rosario Hernández Soto, médica pediatra de profesión, y directora gerente del Distrito Sanitario de Atención Primaria Aljarafe-Sevilla Norte.
El presidente de la Junta ha elegido a una facultativa para lidiar con el malestar de los médicos, que recibieron con uñas a su antecesora -enfermera de profesión-, y también apuesta por alguien que conoce de primera mano el colapso que atraviesan los centros de salud por la falta de personal.
El Gobierno se amplía con un departamento más que nace de separar el área de Cultura y Deporte de Turismo. La hasta ahora consejera de Desarrollo Educativo, Patricia del Pozo, deja este este cometido para volver a la cartera cultural, de la que ya se encargó en la pasada legislatura. Estas funciones estaban ahora en manos del consejero Arturo Bernal, muy contestado por el escaso peso que le ha brindado a la Cultura, en favor de la promoción turística.
Bernal seguirá siendo el consejero de Turismo en una nueva cartera que incorpora competencias en Acción Exterior, y que se llamará “Andalucía Global”.
La salida de Patricia del Pozo del departamento de Desarrollo Educativo y Formación Profesional también viene precedida de críticas de los sindicatos de profesores, que la acusan de inacción, de no negociar nada con ellos, y de “piratear” los datos de plantilla para “vender que hay más docentes de los que en realidad hay”. Su puesto lo ocupará una nueva incorporación: Carmen Castilla, funcionaria de Inspección Educativa, que ya fue viceconsejera de Educación en el mandato anterior, cuando dependía de Ciudadanos.
El que hasta ahora era consejero de Medio Ambiente y portavoz de la Junta, Ramón Fernández Pacheco, ha perdido gran parte de las atribuciones que ostentaba hasta ayer. Hace dos meses, asumió temporalmente las funciones de la exconsejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, que dejó el gabinete para encabezar la lista del PP a las elecciones europeas.
A partir de ahora, seguirá con dichas políticas, pero cede Medio Ambiente -donde tuvo que fajarse en el litigio contra el Gobierno central por la polémica ley para ampliar regadíos cerca de Doñana- y la portavocía. Fernández Pacheco era el rostro visible del Ejecutivo de Moreno, cada martes daba cuenta de las reuniones del Consejo de Gobierno, y aunque su discurso era duro, su tono siempre era conciliador. Fuera de foco, era señalado como uno de los posibles delfines del presidente andaluz.
El nuevo Gobierno de Moreno cuenta con ocho mujeres -incluida la portavoz- y seis hombres. El resto de consejerías permanece como estaban y sus responsables seguirán al frente: Rocío Díaz (Fomento y Vivienda); Rocío Blanco (Empleo); José Carlos Gómez Villamandos (Universidades); José Antonio Nieto (Justicia); Dolores López (Política Social, Familias e Igualdad); Economía e Industria (Jorge Paradela) y Presidencia (Antonio Sanz).
Hace siete meses que Moreno adelantó su intención de remodelar el Ejecutivo, pero advirtió entonces que los cambios que tenía en mente eran puntuales, que buscaba mejorar el funcionamiento del gabinete reagrupando áreas de trabajo y descargando macroconsejerías.
En ese momento no habló de sustituir a sus consejeros ni de incorporar nuevos rostros para dar impulso al segundo tramo de la legislatura. En todo este tiempo ha mantenido un escrupuloso silencio, pero hasta hace unos días seguía advirtiendo, en público, que no habría crisis de Gobierno como tal, sino “leves retoques”.
El Ejecutivo andaluz ha anunciado una comparecencia de Moreno, sin preguntas, para las 14.30 horas, que no ha empezado hasta las tres de la tarde. El presidente ha explicado que su gobierno estaba “funcionando de una manera aceptable, intentando que haya más aciertos que errores”. “Que los hay”, ha rematado. En estas palabras, se deduce el cambio de criterio, de aquellos “leves retoques” y un “mero trasvase de competencias”, a una reforma de departamentos, sustitución de personas y nuevas incorporaciones.
Moreno ha hablado de “actualizar” su Gobierno, incidiendo en que ha querido hacer los cambios antes de verano para que el nuevo equipo empiece ya a rodar en septiembre “para dejarse la piel”. Los nuevos consejeros y los veteranos que cambian de cartera u ostentan un departamento rebautizado tomarán posesión del cargo en el Consejo de Gobierno de este martes. Los cambios tendrán que pasar por el Parlamento andaluz -ya en septiembre- para cambiar el nombre de las comisiones legislativas y adaptarlas a la nueva estructura del Ejecutivo.
Este lunes, previo al último Consejo de Gobierno antes de irse de vacaciones, el presidente andaluz ha ido llamando, uno a uno, a los consejeros a su despacho en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta. Moreno les había pedido hace semanas un balance del trabajo que habían realizado, los proyectos consumados, los proyectos en tramitación... una documentación que usó en su comparecencia del debate de política general que se celebró en el Parlamento hace un mes.
Es la tercera reforma que Moreno hace de su Gobierno desde que empezó la legislatura, en 2022. Las dos anteriores también fueron cambios puntuales, consejeras que salieron de la Junta para encabezar las listas electorales del PP.
La titular de Fomento, Marifrán Carazo, dimitió en marzo de 2023 para ser la alcaldesa de Granada, tras su victoria en las municipales de aquel año -le sustituyó Rocío Díaz en un Consejo de Gobierno que se celebró en la Alhambra, y que sirvió a Moreno para impulsar la candidatura-; y en mayo de 2024, la exconsejero de Agricultura, Carmen Crespo, dejó el cargo para encabezar la lista del PP en las europeas. Su puesto, esta vez, lo asumió de manera temporal el portavoz de la Junta y responsable de Medio Ambiente, Ramón Fernández Pacheco.