Las distracciones al volante causan numerosos siniestros viales, siendo seis veces más que los provocados por el cansancio o la disminución de condiciones psicofísicas y dos veces más que las altas velocidades. Para poder adelantar hay que asegurar al 100 % la efectividad de maniobra y tener una visibilidad adecuada a la vía y al entorno, sabiendo que no está permitido adelantar por la derecha o el arcén. La velocidad debe ser como máximo la permitida por la ley y nunca se debe sobrepasar la velocidad que nos permita detener nuestro vehículo ante cualquier obstáculo para poder detener el vehículo dentro de nuestro campo de visión. Por ejemplo, en un cruce se deberá llevar una velocidad que permita detener el vehículo con seguridad en caso de que otro conductor no respete a nuestra prioridad de paso. Así, las infracciones más comunes son el exceso de velocidad, con sanciones desde 100 a 600 euros y hasta 6 puntos; adelantamientos incorrectos, desde 200 a 500 euros y de 4 a 6 puntos; circular en sentido contrario, desde 200 a 500 euros y hasta 6 puntos; zigzaguear entre coches, hasta 500 euros y 6 puntos; cambios de sentido incorrectos, 200 euros y 3 puntos; ir bajo los efectos del alcohol o las drogas, supone desde 500 a 1000 euros y de 4 a 6 puntos; no utilizar casco o hacerlo de manera incorrecta, 200 euros y 4 puntos; no respetar un semáforo rojo o STOP, 200 euros y 4 puntos. Sin olvidar que algunas infracciones pueden al considerarse delito penal. Javier Garoz , presidente del área de motocicletas en AMDA, recuerda «los esfuerzos de mediación que estamos realizando desde la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción para actuar sobre los tres pilares fundamentales de la seguridad vial: factor infraestructura, factor vehículo y factor humano. Actuaciones de mejora sobre la red viaria con el foco puesto en la protección de los motoristas, para lo que estamos colaborando con la Dirección General de Carreteras de la Comunidad de Madrid a través de la Subdirección General de Seguridad Vial y Conservación. Renovación del parque motociclista, altamente envejecido, mediante la habilitación de ayudas para introducir vehículos mejor dotados y equipados desde el punto de vista de la seguridad vial, como por ejemplo los sistemas ARAS (Advanded Rider Assistance System) que ayuden a reducir no solo la siniestralidad sino a mejorar la movilidad también desde parámetros de eficiencia, sostenibilidad y respetando más el medioambiente. Asimismo, un motorista bien formado es un motorista seguro. En AMDA estamos trabajando en la organización de cursos de conducción segura en diferentes niveles, en colaboración con los mejores formadores y monitores en la materia, orientados para los usuarios que adquieren vehículos en nuestra red de concesionarios asociados como los clientes que acuden a nuestros talleres para realizar labores de mantenimiento. Se refuerzan conocimientos, habilidades y destrezas, corrigen conductas erróneas, refuerzo de comportamientos responsables, y concienciación sobre los riesgos y nociones de actuación en caso de siniestro vial.