Reelegido Nicolás Maduro como Presidente. La victoria bolivariana en las presidenciales de este domingo ha significado la derrota de la derecha violenta en las urnas, lo que debe abrir en Venezuela una nueva etapa, que tendrá que ser de paz.
Con el 50,21 por ciento de los votos para Nicolás Maduro frente a un 44,2 por ciento obtenido por el opositor Edmundo González, el sustituto de María Corina Machado por la derechista Plataforma de la Unidad Democrática, constituye también un mensaje claro de la población venezolana a quienes desde afuera han intentado cuestionar la institucionalidad del país; un mensaje que debe ser escuchado, particularmente, por Estados Unidos, pues la mayoría de la población ha vuelto a demostrar a qué modelo de sociedad apuesta, pese a la guerra económica instaurada desde Washington mediante sanciones que ya es tiempo de levantar.
Las campañas de descrédito, pronunciamientos injerencistas y falsas acusaciones de fraude desde antes de las elecciones precedieron a estos comicios venezolanos —los más tensos de los tiempos recientes—, y todavía estaban latentes cuando el Consejo Nacional Electoral daba los resultados, retardados por un ataque terrorista al sistema electoral que, el presidente del CNE pidió su pronta investigación.
Sin embargo, la amplia participación, la transparencia y seguridad del sistema electoral y la actitud cívica de la ciudadanía que acudió en más de un 59 por ciento a las mesas de votación y sufragó en tranquilidad, frustraron los planes de sectores de la derecha de fomentar la violencia y sembrar el caos. Paz, estabilidad, respeto a la ley y justicia anunció, poco después de conocerse la victoria, Maduro, quien ha comunicado un inmediato diálogo nacional.
Ha sido un triunfo de la esperanza y de la verdad, agregó el reelecto Presidente bolivariano, quien mencionó reiteradamente a Hugo Chávez, fundador del modelo, y quien habría cumplido el domingo sus 70 años.
Jornada extraordinaria, única, atípica, dijo el Jefe de Estado en torno a la votación del domingo.
Mi única aspiración de la vida siempre fue ser soldado de Hugo Chávez y luchar en la trinchera donde él me colocara, confesó más adelante Maduro, quien aseguró que nunca aspiró a cargos públicos.
Contó también cuando su predecesor y maestro le comentó que le tocaría liderar la Revolución si él no pudiera.
He sido leal a costa de sacrificios y de mi propia vida y eso me hace feliz, porque alguien leal tiene la conciencia limpia y tranquila, afirmó Maduro, quien agradeció las llamadas de saludo de los presidentes de los países miembros del ALBA incluyendo al General de Ejército Raúl Castro, del Caribe y «más allá».
Anunció que este lunes firmará un primer decreto para convocar al gran diálogo de un nuevo consenso en torno al plan de las Siete Transformaciones, que es el programa de gobierno de la etapa que se abre.
Maduro adelantó que entre los propósitos principales estarán consolidar el crecimiento económico, el diálogo nacional, el diálogo cultural, el diálogo político y popular: «que respeten la decisión del pueblo del 28 de julio».
Si todo el mundo escucha, la vida en la Venezuela agredida pudiera ser otra desde este día.