Las decisivas elecciones presidenciales de este domingo en Venezuela, en las que ha resultado reelegido Nicolás Maduro con el 51,2% de los votos, según Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo completamente controlado por el régimen chavista, ha levantado gritos de «fraude» entre la comunidad internacional, mientras que el Gobierno de España ha exigido verificar los resultados con las actas electorales. «La voluntad democrática del pueblo de Venezuela debe ser respetada con la presentación de las actas de todas las mesas electorales para garantizar resultados plenamente verificables. Pedimos que se mantengan la calma y el civismo con los que transcurrió la jornada electoral», ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares , en su cuenta de X (antes Twitter). Por su parte, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo , ha asegurado en esa misma red social que «hay fundadas razones para pensar que el resultado anunciado por el régimen no responde a lo que votó el pueblo». Así, ha demandado una auditoría del proceso, la entrega de las actas electorales y la aceptación del resultado. «Defendamos la democracia», ha pronunciado el presidente del PP, después de una jornada electoral que transcurrió «en paz» y «a favor de una transición a la libertad». Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha responsabilizado al PSOE y al Gobierno de «los delitos que ejecute la narco dictadura contra el pueblo venezolano», en clara referencia a la presencia en el país de José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la delegación de observadores internacionales amparados por el régimen. Con todo, y pese a la autoproclamada victoria de Madura, Abascal ha insistido en que la «rotunda e incuestionable» victoria de la oposición . «Se abre una nueva era en Venezuela. Ni el más colosal fraude del régimen corrupto y asesino puede tapar el enorme éxito cosechado por María Corina y Edmundo González», ha proclamado también en X. El Ejecutivo de Pedro Sánchez rompe su silencio. Albares es el primer miembro del Consejo de Ministros español que se pronuncia sobre los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela , muy cuestionado y señalado como fraudulento por distintos gobiernos, especialmente al otro lado del Atlántico. Estados Unidos, por medio de su secretario de Estado, Antony Blinken , mostró sus dudas de que los resultados reflejen «la voluntad o los votos del pueblo venezolano», como señaló durante un viaje oficial a Japón. «Ahora que concluyó la votación, es de vital importancia que cada voto sea contado de forma justa y transparente», afirmó en un comunicado en el que pidió la publicación del « recuento detallado de votos (actas)». En Iberoamérica, uno de los primeros mandatarios en pronunciarse fue el izquierdista Gabriel Boric , presidente de Chile, quien evitó reconocer los resultados, a su juicio « difíciles de creer », de las elecciones venezolanas. «El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados», señaló.