China está intentando interferir en las elecciones estadounidenses , una práctica que ha ido perfeccionando. Y ahora muestra una cara evolucionada que pretende poner en jaque la seguridad nacional. «El objetivo último es sembrar el caos y qué mejor que escoger la figura de Trump, el gran generador de caos», dice Manuel López Linares, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas. Y lo harían usando como caladeros a los seguidores trumpistas que se mueven bajo el lema 'Make America Great Again' (Hacer América grande otra vez), en su forma abreviada MAGA. Elise Thomas, que ha estudiado estas operaciones y pertenece al Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD), dijo a 'The New York Times' que «nunca había visto nada en esta línea antes«. Ya en 2017 intentaron adquirir presencia , pero todavía eran rudimentarias. «La preocupación siempre ha sido: ¿qué pasará si un día se despiertan y son eficaces? », dice Thomas, y añade que este podría ser el comienzo de esa idea. Y aunque parezca contraintuitivo que China apoye una candidatura como la de Trump teniendo en cuenta que fue el que inició una guerra comercial con el gigante asiático. Lo cierto es que pecaríamos de ingenuos si creyéramos que China no saca más beneficios que perjuicio apoyando a Trump para un segundo mandato y en ese sentido puede haber algunas razones poderosas. «Desde la perspectiva de la confrontación a largo plazo entre Pekín y Occidente, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría perfectamente acabar beneficiando a China, al menos en el campo económico«, afirma Agathe Demarais, la analista jefa de la unidad de inteligencia económica en 'The Economist'. Además, Thomas detalla que las recientes campañas vinculadas a China han buscado explotar las divisiones ya evidentes en la política estadounidense en temas como los derechos de los homosexuales, la inmigración y el crimen desde una perspectiva de extrema derecha y pro-Trump. Usando contenido real y divisiones reales se han dado cuenta que es también la ruta más barata . «En este universo narrativo, la democracia estadounidense se presenta como una fuente de discordia y debilidad. Están tratando de crear una sensación de superpotencia esclerótica y desorganizada. Incompetente para resolver sus problemas internos e incapaz de actuar como líder en el escenario internacional», dice la experta. Linares añade que China ha preferido «quitarse la careta». Antes no habíamos oído hablar de sus interferencias porque no querían ser cazados, « ahora no le importa sumir el riesgo, y que se les vea debilitar a su enemigo , Estados Unidos, y a sus socios, que somos los europeos. Y también les favorece porque si quieren, por ejemplo, anexionarse Taiwán por medio de las armas, necesitan que EE.UU esté entretenido en un conflicto civil », indica. Thomas en su informe detalla que puedes encontrarte con cuentas que ensalzan la figura de Trump o que se amplifican publicaciones que pueden insinuar que los políticos, en particular Joe Biden , son pedófilos, vinculados a depredadores sexuales como Jeffrey Epstein y potencialmente satánicos. Y la clave es que muestran un enfoque más sutil y sofisticado que las campañas anteriores. Destaca que es la primera vez, que se había encontrado con cuentas chinas que se hacen pasar de forma tan persuasiva por estadounidenses partidarios de Trump y al mismo tiempo consiguen atraer una participación genuina. Suplantando a un hombre estadounidense, foto incluida que saluda diciendo: «¡Buenos días! Patriotas, tengo 43 años y apoyo al presidente Trump con pasión y lealtad». Asimismo, un informe de 41 páginas de la Oficina del Director de Inteligencia estadounidense confirma esta tónica. Establece que Pekín está ampliando su postura de influencia encubierta global para apoyar los objetivos del partido comunista chino. «La República Popular China pretende sembrar dudas sobre el liderazgo estadounidense y socavar la democracia». Y para ello usa un libro de jugadas semejante al de Moscú en el que también emplean inteligencia artificial generativa. Apuntan que el gigante asiático puede intentar influir en las elecciones estadounidenses «debido a su deseo de dejar de lado a los críticos de China«. Y añaden que incluso si Pekín establece límites a estas actividades, personas que no están bajo su supervisión directa pueden intentar influir en las elecciones en actividades que perciben que están en línea con los objetivos de Pekín». Las cuentas utilizan vídeos reales, imágenes y publicaciones virales. Thomas matiza que aunque el enfoque se asemeja en cierta medida a las tácticas usadas por los rusos, « no hay indicios de una coordinación directa , aunque no se puede descartar. En esa técnica los expertos destacan la red Spamouflage que es una operación de largo recorrido y muy extendida, pero en gran medida ineficaz, que tradicionalmente promueve narrativas a favor de Pekín. En los primeros años, describe que la mayoría de las publicaciones consistían en archivos JPG que parecían haber sido elaborados con Microsoft Paint o algo similar. Estos incluían imágenes, y se publicaban junto con texto en los que a veces se les colaba una palabra en mandarían que para un ojo avizor hubiera despertado suspicacias. Los investigadores dijeron a NYT que en las elecciones intermedias de 2022 , la firma de ciberseguridad Mandiant informó que Dragonbridge , una campaña de influencia vinculada a China, intentó disuadir a los estadounidenses de votar al tiempo que resaltaba la polarización política de Estados Unidos. Esa campaña experimentó con personajes estadounidenses falsos que publicaban contenido en primera persona, pero se ejecutó mal y en gran medida pasó desapercibida en línea. Sin embargo, hay evidencia de que sus operadores ahora están experimentando una nueva difusión. Un ejemplo es que en febrero, según IDS, una cuenta vinculada a China en X con el nombre «MAGA 2024» compartió un video de RT, la cadena de televisión rusa controlada por el Kremlin, que afirmaba falsamente que Biden y la CIA habían enviado a un gángster neonazi a luchar en Ucrania . Al día siguiente, la publicación ganó impulso cuando Alex Jones, promotor de bulos y teorías de conspiración, la compartió consiguiendo 2,2 millones de seguidores. Además de que en una de sus últimas entrevistas Trump dijera que no defendería a Taiwán en caso de un ataque chino a menos que pagasen por su seguridad. Cosa que alegraría al dragón rojo. Desmarais argumenta que Pekín sabe que no hay esperanzas de que sus vínculos con Washington mejoren, sea Trump o un demócrata el que esté en la Casa Blanca. Pero dice que puede resultar favorable en el terreno económico apoyar a Trump porque aumentaría las divisiones entre Estados Unidos y Europa . El exmandatario ya dijo: «Creo que la Unión Europea es un enemigo por lo que nos hacen en el comercio». Así evitan el surgimiento de políticas o acuerdos transatlánticos perjudiciales para los intereses chinos, como los controles conjuntos a las exportaciones. Trump ya ha advertido que quiere imponer un arancel del 10% a todos los productos europeos. Y si bien también ha prometido un arancel del 60% sobre las importaciones chinas, Desmarais señala que en el gran esquema de las cosas, Pekín puede suponer que pagar ese precio vale la pena si el premio es una ruptura. Otra razón es que Trump se está pensando levantar las sanciones a Putin. No en vano, les han llamado los amienemigos, al punto que Trump llegó a sugerir que confiaba más en Putin que en sus propios servicios de inteligencia. Desmarais indica que China ha estado preocupada porque un aumento de las sanciones a Rusia le obligase a tener que elegir si mantener sus inversiones a largo plazo con Moscú en detrimento de las estadounidenses. Pero si Trump levanta las sanciones se ahorrarían este dilema y las pérdidas consiguientes. Demarais menciona que una tercera razón sería que Trump daría un impulso a la iniciativa china de establecer mecanismos financieros alternativos . Porque ha fracasado en su intento de conseguir apoyos a sus alternativas al sistema bancario global SWIFT controlado por Occidente o en el uso un yuan digital para los pagos transfronterizos. Pero « con Trump, todo puede pasar y cualquiera puede ser objeto de sanciones sin previo aviso. Como resultado, muchos países buscarían protegerse preventivamente de tales medidas recurriendo a los mecanismos financieros alternativos de China», dice Desmarias. Además, la retórica despreciativa de Trump por los países emergentes de África y Latinoamérica y sus políticas antiinmigratorias podrían acercar aún más estos mercados con abundantes materiales críticos a China. Aumentando su control sobre estos recursos . Por ejemplo, Pekín ya controla entre el 50% de la refinación del suministro mundial de litio. En suma, China sería «como el adulto en la sala , un socio confiable que no mezcla los negocios con la política», describe Desmarais. Y la obsesión de Trump por perforar y alejarse de las tecnologías limpias a las que podría imponer controles de exportación dejaría el camino libre para que China afianzase su posición de liderazgo en sectores como paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. A largo plazo, las empresas estadounidenses tendrían menos ingresos y se verían obligadas a recortar los presupuestos de investigación y desarrollo. «Además, un escenario de reducción de la tecnología limpia en Estados Unidos ayudaría a China a influir en los estándares globales para los futuros productos de este tipo de tecnología, lo que culminaría en una victoria total para Pekín », razona Desmarais. Al fin y al cabo, como recuerda Linares, Trump es el señor que incita un asalto al Capitolio, tiene una serie de conflictos jurídicos y probablemente no querrá aceptar los resultados en caso de derrota. E internet es un campo abonado para que las nuevas operaciones de China sigan proliferando bajo la idea: el caos llama al caos.