Madrid vivió un escape radiactivo hace algo más de 50 años. Concretamente, 54, que se cumplirán el próximo noviembre. Fue un cúmulo de negligencias y fallos humanos los que dieron lugar al accidente cuyas consecuencias es difícil evaluar porque en su tiempo pasó casi desapercibido, por el secretismo que le rodeó, y por la total ausencia de análisis epidemiológicos en los años posteriores. Baste decir que la contaminación se detectó hasta en las aguas del Tajo a su paso por Lisboa, y que hubo zonas de la región donde se superaron en 75.000 veces los límites permitidos. Ocurrió al mediodía del sábado 7 de noviembre, en la Junta de Energía Nuclear, un espacio fundado en 1958 en terrenos de la...
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