Las Fuerzas Reales Armadas de Marruecos (FAR) ya cuentan con tecnología merodeadora o drones kamikaze. El arma, bajo el nombre de SpyX es desarrollada con tecnología israelí por la empresa Bluebird Aero Systems.
Actualmente Marruecos puede producir esta tecnología gracias al pacto firmado con Israel en 2020 llamado los Acuerdos de Abraham, impulsado por Estados Unidos, y el acuerdo militar sin precedentes firmado por ambos países en 2021. El país norteafricano ya supone casi una décima parte de exportaciones de armamento israelí.
La noticia de la creación del nuevo SpyX fue publicada por varios medios como El Español, La Razón e Infodefensa. En estas noticias se detalla que esta tecnología merodeadora posee un alcance de 50 kilómetros, un tiempo de vuelo de 90 minutos, que tiene una precisión de un metro en los ataques, una velocidad de impacto de 250 kilómetros por hora y un motor 100% eléctrico.
También se cuenta que junto a esta tecnología y la ya existente flota de 233 drones que posee Marruecos, lo ubica como la segunda potencia de drones más grande de África, detrás de Egipto.
Estas noticias acompañadas de tantos datos hizo que el grupo parlamentario VOX hiciera una pregunta al Congreso por escrito, a la cual ha tenido acceso este periódico. En ella exponían los datos del SpyX explicado previamente y hacían una comparación entre el “poder de fuego” de las Fuerzas Armadas Españolas y las marroquíes. Explicaban que, a pesar de que en el ranking hecho por Global Fire Power con un total de 145 países Marruecos se ubicaba en el puesto 61 y España en el 20, las características del SpyX sobrepasan a las de los drones españoles. El Q-SLAM-40 tiene una velocidad de crucero de 60 kilómetros por hora, una autonomía de 15 minutos y un alcance de 15 kilómetros.
Teniendo todo esto en cuenta, se plantean las preguntas “¿Cuentan las Fuerzas Armadas españolas con los medios humanos y materiales para defender a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla de estos drones kamikaze ante un posible ataque?” y “¿Con qué medios materiales cuentan los destacamentos de nuestras Fuerzas Armadas para repetir o disuadir un hipotético ataque con drones SpyX?”.
La respuesta del Congreso fue escueta pero muy clara. Afirmaron que “España cuenta con los medios y el personal necesario para que contribuyan a la seguridad y a la defensa del Estado de Derecho”. A esto agregaron que defienden la integridad, valores, derechos e intereses de la sociedad española y que “actuará con firmeza en caso de que sea vulnerada”.
Esta contundente respuesta de “actuar con firmeza” no es la primera vez que se utiliza, ya que en febrero de 2022 ya respondieron a otra pregunta escrita de la misma manera. En esa ocasión se preguntaba sobre los planes marroquíes de desplegar misiles en Ceuta y Melilla.
Sin embargo, en aquella ocasión el Ejecutivo optó por utilizar la misma frase de “el Gobierno defiende la integridad territorial de España y actuará con firmeza en caso de que esta sea vulnerada”, lo cual es llamativo ya que en ningún momento se hablaba de una violación de la integridad territorial de España.
Aparte de esto también agregaron unas líneas donde hablaban de la relación con Marruecos “definida por nuestra vecindad” y que se apostaba en todo momento por la “estabilidad de la relación”.
En previas noticias publicadas en Confidencial Digital, se contó que las Fuerzas Armadas desplegaron en las plazas de soberanía española en el norte de África unos sistemas anti drones, con el fin de proteger estas zonas.
Estas plazas de soberanía española son territorios que a pesar de estar inhóspitos, Marruecos reclama soberanía sobre ellos y en 2002 esto desencadenó en la crisis del islote Perejil. Este episodio consistió en que “gendarmes y militares marroquíes ocuparon la isla, y las Fuerzas Armadas españolas intervinieron para desalojarlos”.
España también tiene soberanía sobre otros islotes y peñones en África como “el peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas (peñón de Alhucemas, isla de Tierra e isla de Mar) y las islas Chafarinas (isla del Congreso, isla de Isabel II e isla del Rey Francisco)”. Militares del Ejército de Tierra cuidan estas zonas y buques de la Armada española también navegan estas aguas custodiando y vigilando, de igual forma así establecen la presencia de las Fuerzas Armadas españolas en estas zonas disputadas.
En 2019 se confirmó que el Ministerio de Defensa había adquirido de la firma británica Blighter un sistema AUDS, ahora desplegado en las Chafarinas. La realidad es que las Fuerzas Armadas, como se contó en este mismo periódico, llevan varios años tratando de potenciar el uso de drones y de sistemas que logren neutralizarlos.
De esta misma manera, este sistema AUDS está constituido por un sistema de radar A400 y cámaras que permite detectar pequeños objetos en un radio de diez kilómetros. Cuando el objeto era detectado surgen varias opciones que puede llevar a cabo el sistema ya sea inhibir o interferir la señal del dron intruso, lo que lo haría estrellarse contra el suelo.
“El abanico de opciones es amplio: inhibir las señales del dron para que caiga, por ejemplo con una especie de fusil, o atraparlo con una señal propia para reconducirlo; drones ‘kamikaze’ que se estrellan contra el dron hostil; incluso se ha probado y se sigue trabajando en el uso de artillería antiaérea para derribar este tipo de aparatos voladores manejados a distancia”, como se contó en estas mismas páginas.
En 2020 cuatro países árabes e Israel firmaron los Acuerdos de Abraham, una acción impulsada y mediada por el Estados Unidos de Donald Trump. Esta acción supuso un acercamiento de los países árabes al mundo judío y buscaban un acuerdo de paz y de normalización de las relaciones internacionales y comerciales de los países de la zona.
Los países firmantes fueron: Israel, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Baréin. El nombre de Abraham fue elegido porque era un profeta con importancia en las tres religiones monoteístas: islam, cristianismo y judaísmo.
A pesar de que los cuatro países árabes se fueron incorporando al acuerdo paulatinamente, siendo Emiratos Árabes el primer país en hacer contacto con Israel en ese sentido, finalmente todos firmaron y quedó establecido que “reconocen a Israel como un Estado, así como el derecho de Israel a ejercer la soberanía sobre ese territorio y establecen relaciones diplomáticas”.
Hay numerosos temas que no fueron discutidos, como la ciudad de Jerusalén, pero en definitiva el acuerdo funcionó como una forma de conseguir la paz, pero esto sin incluir a países como Palestina que son directamente afectados.