No, no los conocí yunteros. De yunteros trabajaban muchachos, pero no los niños; los niños, en la faena de la arada, iban, si acaso, de sembradores tras el arado, con un saco habilitado como talega, y colocado en bandolera, donde llevaban la semilla y la iban dejando, al paso, en el surco. Los niños del campo, los niños tuyos, eran chiquillos de familias humildes que no tenían más remedio que poner a trabajar a todas las manos de la casa. Eran otros tiempos. No exigían, como hoy, un mínimo de dieciséis años para trabajar. Entonces había niños muy niños, niños de ocho o diez años que ya estaban en el campo, de chancas, tirando de una mula o de una...
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