Han conseguido el aplauso unánime del público que ha acudido esta semana al Corral de Comedias para disfrutar de 'Traición en la amistad', de la autora clásica, María de Zayas, obra protagonizada por reclusas y actores de la compañía Yeses, que ha destacado dentro de la programación del Festival de Teatro Clásico de Almagro, al que han regresado por tercer año consecutivo. Entre las protagonistas del montaje -dirigido por Elena Cánovas-, está Verónica Gil (40 años), interna del centro penitenciario Alcalá-Meco (Madrid), que recuerda cómo son esos momentos previos a subirse al escenario de un espacio tan emblemático como es Corral de Comedias. Verónica, que ha renunciado a disfrutar del tercer grado que ya tiene concedido para poder continuar con esta obra -en la que participa desde el mes de enero-, reconoce que «estar en prisión es muy duro, pero el teatro me fortalece la mente», repite. Reconoce que esta experiencia le ha servido muchísimo a nivel personal y ha sido un reto muy importante para ella. «Enfrentarte al público, memorizar, meterte en la piel de personas de otras épocas, que solo conoces a través de la historia, es algo que requiere de un gran esfuerzo«, confiesa la actriz reclusa. Verónica cuenta que ella estudio música y lo que siempre le ha gustado es cantar, más que actuar. «Arte dramático no había hecho nunca, pero algo había ahí que he podido explorar. En la obra hay un par de canciones que he cantado y eso me ha encantado. No había hecho teatro, pero no ha sido difícil, a pesar de que hay mucho trabajo detrás porque la directora consigue sacar lo mejor de cada una de nosotras», afirma para señalar que seguirá en el proyecto hasta que Elena Cánovas quiera. La actriz reclusa explica que tras la función, lo que más le emociona son los aplausos. «Es algo que me llega al alma. Los aplausos del público transmiten cariño y eso significa que les ha gustado y que por un rato les hemos entretenido y sacado de sus vidas diarias. Eso me llena mucho», asegura para reconocer que el teatro le ha servido para evadirse de ese mundo que es la cárcel. «El teatro sirve para estar libre de mente, que es muy importante. Es un escape porque estás encerrado, pero también haces una actividad que te saca de ese lugar y de lo que es tu vida cotidiana» , incide. Al terminar la obra, llega el momento de volver a la prisión, Verónica confiesa que regresa con la satisfacción del trabajo bien hecho y «con el orgullo de saber que ha estado mi familia, amigos y los seres a los que quiero. Así que vuelvo con muy buena energía», responde. Por su parte, la directora de Yeses, Elena Cánova s , ex funcionaria de prisiones y que fundó este grupo hace 40 años , explica que la obra 'Traición en la amistad' de María de Zayas, es una comedia de enredo, cuya originalidad consiste en que las mujeres son protagonistas y son las que toman la iniciativa en el amor. «Es una comedia del siglo XVII, en la que está presente la traición, la amistad y la solidaridad. Las mujeres se unen para salvar su honor, pero como toda comedia tiene un final feliz, en el que el baile y la música tienen un papel destacado», afirma la directora, que se siente satisfecha con este proyecto. La pieza teatral también encierra un mensaje muy feminista porque María de Zayas lo era , al igual que María Caro y Sor Juana Inés de la Cruz, las primeras pre feministas del siglo XVII. «Ellas denunciaban cómo era la sociedad de la época, que era completamente patriarcal porque las mujeres dependían de sus maridos, hermanos, entre otros», recuerda la directora. Cánovas afirma que la obra -que estaba en verso y ahora en prosa, sin que pierda la esencia clásica de la autora del Siglo de Oro-, ha sido adaptada por Julieta Soria, que se ha preocupado por exaltar la solidaridad entre las mujeres, la amistad y cómo luchan para ocupar su propio lugar en la sociedad, remarca la también dramaturga. «En este montaje demostramos que somos un grupo que responde, que reivindicamos los derechos de las mujeres, pero también criticamos actitudes machistas» , puntualiza la directora. «Es un grupo cañero y feminista , que hace teatro para hablar de historias que lleguen a los espectadores», incide para presumir de la buena acogida que Yeses ha tenido en Almagro. Respecto a los inicios de Yeses, Cánovas recuerda que la compañía en estos 40 años ha representado más de 50 obras y ha contado con más de mil reclusas actrices, recibiendo galardones como el Max de las Artes Escénicas y la Medalla de Oro al Mérito Social del Ministerio del Interior, entre otros. Nacida en la histórica cárcel de mujeres de Yeserías en Madrid, esta compañía de teatro encarna el poder transformador de la cultura, explica Cánovas, quien con grandes dosis de energía sigue trabajando para que este proyecto «permita a las chicas reinsertarse en la sociedad con absoluta libertad». Desde sus inicios, Teatro Yeses aspira a trascender los muros de la prisión. «El objetivo era emular la dinámica de las compañías convencionales, lo que incluía giras», argumenta la fundadora que recuerda que las salidas se realizaban con un gran despliegue policial: las presas esposadas bajaban del furgón y eran escoltadas por guardias civiles. «Ahora vamos y volvemos a la cárcel en una furgoneta normal, con total tranquilidad, yendo de gira por diversas ciudades», concluye Elena Cánovas.