Ariarne Titmus resolvió muy rápido todas las dudas sobre la final más esperada en la piscina olímpica y dejó claro que su doblete hace tres años en Tokio no fue casualidad. La australiana de 23 años es, simplemente, la mejor en los 400 metros libres, una final que reunió a tres nadadoras enormes que representan a diferentes generaciones. Además de la vigente campeona, a un lado de la piscina estaba una leyenda que aguanta al máximo nivel como Katie Ledecky, siete oros olímpicos en su palmarés. Al otro una joven con un talento asombroso. A sus 17 años, Summer McIntosh está llamada a ser el referente de la distancia, sólo que anoche la australiana Titmus demostró que este es su momento y que no está dispuesta a cederlo. Aunque Ledecky (27 años) quiso jugar con la presión en semifinales siendo la más rápida, en la final no hubo opción para ella. La estadounidense fue la primera en quedar retrasada y pasar la mitad de la prueba sin opciones al oro. Mucho más aguantó y peleó la canadiense McIntosh, pero no tuvo forma de remontar la ventaja que siempre supo controlar Titmus para revalidar corona y dar a Australia el primero de los oros con los que el país 'aussie' confía en destronar a Estados Unidos. Ledecky, por su parte, ya sabe que no podrá lograr su principal objetivo, superar a la gimnasta soviética Larisa Latynina , que es la deportista olímpica más laureada con nueve oros. Ledecky tiene siete y al menos tiene grandes opciones de igualarla, porque será la favorita en 800 y 1.500 metros. Para alcanzar la decena de oros sólo tiene la baza de que Estados Unidos dé la sorpresa y gane el 4×200 metros libre a Australia. Al igual que en anteriores éxitos de Titmus, las cámaras de televisión no dudaron en enfocar de inmediato a las personas que han sido fundamentales en el crecimiento de la nadadora australiana. Por un lado, su expresivo entrenador, Dean Boxal l, que se hizo mundialmente conocido con sus celebraciones hace tres años en Tokio, una forma de expresarse que no a todos contenta, pero sus deportistas están encantados con su forma de ser. Boxall ha moldeado a su pulila hasta convertirla en una máquina perfecta. Titmus recordaba recientemente el enorme trabajo que ha realizado para llegar en las mejores condiciones a París. «Estoy hibernando de la vida», sentenció para reflejar que no ha existido nada más que entrenamientos y recuperación en su día a día. «Estoy en la piscina durante 10 horas, pero la preparación no es solo natación, sino también gimnasio, bicicleta, fisio y masajes que me ocupan todo el día, mi cuerpo es un vehículo y estoy tratando de convertirlo en el vehículo de mayor rendimiento posible», explicó. Titmus conoció a su entrenador cuando se trasladó de su Tasmania natal a Queensland para tratar de ser nadadora de élite. Y ahí entran en juego las otras personas fundamentales en su vida y que estaban en la grada con camisetas con el lema 'Team Titmus'. Sus padres Steve y Robyn entendieron que en su lugar de origen Ariarne no podría cumplir sus sueños y movieron a la familia, cambiando de trabajos y asumiendo un esfuerzo que el tiempo ha compensado. Anoche, a pie de piscina, Ariarne, ya coronada como campeona, pudo dar a sus padres y a su hermana el abrazo que no pudo ser hace tres años en un Tokio restringido por la pandemia. Su labor no ha terminado, porque a la australiana le queda reeditar el doblete que conquistó hace tres años y los relevos con Australia. McIntosh y Ledecky también buscarán sus momentos de gloria –la canadiense ya estaba nadando media hora después el relevo– pero ayer, en la gran final, el oro fue para una joven que emigró de Tasmania para cumplir sus sueños. En la misma distancia en categoría masculina, el alemán Lukas Maertens resolvió desde el primer metro las dudas sobre el nombre del primer ganador olímpico en la piscina de La Defense. Para rematar la fiesta 'aussie', el relevo 4x100 estilos femenino se hizo con el segundo oro de la jornada, por delante de Estados Unidos, un duelo que promete emociones fuertes en la piscina. Porque minutos más tarde llegó la revancha americana en la prueba masculina, en la que Caeleb Dresse l realizó la última posta. Ya tiene su primer oro en los Juegos de París.