Lo había llevado con discreción, pero ha llegado el momento de desvelar el secreto; uno con mayúsculas. En su estudio, y a la brasa de un cigarrillo, Augusto Ferrer-Dalmau señala uno de los muchos personajes que lucen a la vera del cardenal Cisneros , protagonista de su último cuadro. El tipo, anónimo, enarbola un pendón y cuenta con una barba nívea. Las facciones, duras, son las de un veterano bregado en las guerras peninsulares durante el siglo XVI. «Para este personaje he usado el rostro del juez Manuel Marchena », explica a ABC sin ambages ni medias tintas. «Y no es el único, llevo años incluyendo otros tantos cameos en mis cuadros, desde actores, a deportistas», finaliza. Hoy le preguntamos...
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