Desde su primera comparecencia en la Semana Santa de Córdoba, en la hermandad de la Paz han cambiado muchas cosas, pero permanecen invariables varias. María Santísima de la Paz y Esperanza , por supuesto, pero también cuatro banderines que siempre formaron parte del cortejo y que están desde el primer día. La cofradía salió por primera vez el Domingo de Ramos de 1941, para asentarse poco después el Miércoles Santo, y ya aquel primer año en su cortejo nazareno figuraban cuatro pequeños banderines , del mismo corte, pero cada uno de ellos con su estilo. Hacen estación en paralelo, siempre juntos los cuatro. Son obra de Juan Martínez Cerrillo , autor de las imágenes titulares de la cofradía y de gran parte del patrimonio de aquellos años, y las realizó en raso, terciopelo y tisú, con pinturas al óleo sobre lienzo para la iconografía. Además, participaron las religiosas del Buen Pastor, como explica la cofradía en el libro 'La Paz: un legado de 75 años'. Ahí reside la diferencia entre ellos, en su distinto carácter. Uno muestra el hermanamiento entre las órdenes franciscana (la de su convento capuchino) y dominica, y por eso está el escudo de los hijos del 'poverello' de Asís sobre el fondo blanco y negro del emblema de la Orden de Predicadores. Simboliza su tradicional hermanamiento después del abrazo entre los dos fundadores en Roma , cuando ambos iban a visitar al Papa y se conocieron sin haberse visto nunca por lo mucho que habían oído hablar el uno del otro. Otro de los banderines es el de la tiara del Papa , que representa el carácter pontificio de la cofradía, otorgado por el Papa Pío XII. Hay un banderín que muestra el anagrama JHS (Jesús Hombre Salvador), sobre una cruz griega, es decir, con los brazos iguales. No falta la referencia al Inmaculado Corazón de María , sobre fondo celeste y blanco, propio de una devoción a la Virgen. Todo un compendio de la devoción y del origen de la entonces joven hermandad.