El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó hace unas semanas los resultados de los nuevos cálculos poblacionales del 2022 al 2100, que vienen a sustituir los del 2011-2050.
En perspectiva comparada, revelan que el crecimiento demográfico se detendrá antes de lo esperado, ya que mientras los pronósticos previos señalaban que en el año 2046 la población alcanzaría los seis millones y continuaría creciendo un poco más posteriormente, las más recientes previsiones indican que el tamaño poblacional alcanzará su punto máximo en el año 2044, de apenas 5,4 millones de habitantes, y a partir de ese año comenzará una reducción sostenida en el número de habitantes.
Para comprender mejor estos cambios, considere que entre los años 1984 y 2004 la población creció más de un 61%, y entre el 2004 y el 2024, un 24%. Ahora, en las próximas dos décadas, el incremento será de tan solo un 5% con respecto a la cantidad actual.
Si bien son recientes, es crucial que distintas instituciones del Estado tomen las previsiones considerándolas lo más pronto posible en sus procesos de planificación y asignación de recursos para los próximos años, especialmente dentro del sistema nacional de pensiones.
Rocío Aguilar, jerarca de la Superintendencia de Pensiones, ha sido una de las principales voceras en esta materia y llama la atención sobre la necesidad de “redefinir de manera integral el sistema de pensiones”.
Los nuevos pronósticos del INEC son contundentes: mientras la población en edad de trabajar (de entre 15 y 65 años) prácticamente no crecerá durante los próximos 20 años, la población en edad de jubilación (de 65 años o más) se duplicará.
Dicho de otra forma, hoy tenemos 16 adultos mayores por cada 100 personas en edad de trabajar; en 20 años serán 31 y dentro de 50 años serán 80 por cada 100.
Por esta razón, debe ser escuchada con atención la propuesta de la superintendenta de pensiones acerca de que “no podemos sostener un sistema de pensiones anclado a las planillas. Tenemos que pensar, desde la perspectiva fiscal, cuáles son los ingresos que se requieren para alcanzar los objetivos de la sostenibilidad, la universalización y un esquema que combata la informalidad”.
El autor es economista.
