París diseñó un desfile
muy diferente de lo habitual y la novedad también pilló por sorpresa a los más de
6.000 deportistas que pasearon en alguna de las 85 embarcaciones de varios tamaños que surcaron el Sena bajo una intensa lluvia fina que fue calando. Y entre las
205 delegaciones apareció
España, llenando más de medio ‘bateau-mouche’ y poniendo color a un día gris. Fue un desfile tan diferente que los deportistas, en vez de andar, se dejaron llevar al ritmo de las aguas del
Sena, tan limpias que ya se permite nadar.
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