De acuerdo al Programa Nacional Aurora, del Ministerio de la Mujer (MIMP), en lo que va del 2024 ha atendido más de 9.000 casos de violencia sexual hacia niñas y niños. Esta atención se da a través del Centro de Emergencia Mujer (CEM) que ofrece 433 servicios a nivel nacional.
Solo en el año 2023, hubo 30.800 personas atendidas por violencia sexual en los CEM, de las cuales aproximadamente 7 de cada 10 fueron menores de edad.
Para frenar esta situación, la directora Ejecutiva del Programa Nacional Aurora, Patricia Garrido, contó que vienen fortaleciendo los trabajos de prevención. "Venimos ofreciendo campañas en donde llevamos mensajes de difusión, mensajes promocionales o de buenas prácticas", detalló para La República.
Hace un mes, el ministro de Educación, Morgan Quero, calificó como "práctica cultural" el abuso sexual que sufrían las niñas de la comunidad Awajún en las escuelas de la provincia de Condorcanqui, Amazonas. Unas declaraciones que causaron mucha polémica y controversia en la opinión pública.
Según la Defensoría del Pueblo, desde el 2010 a la fecha, se han presentado 524 denuncias de presunta violencia sexual contra estudiantes indígenas en Condorcanqui. Sin embargo, es recién desde el año 2012 que el Programa Nacional Aurora comenzó a ofrecer servicios de atención contra las personas violentadas.
"Hoy en día Condorcanqui cuenta con 2 servicios de atención rural. Hemos duplicado el personal y mejorado cuestiones de infraestructura", sostuvo la directora del Programa Nacional Aurora, Patricia Garrido.
A nivel educativo, el Programa Aurora viene efectuando un trabajo articulado con las UGEL, lo que involucra a la plana docente, plana administrativa, a los padres y a los niños, niñas y adolescentes. "También recurrimos a los operadores de justicia para que puedan dictar medidas de protección oportuna contra los menores de edad", indicó Garrido.
Si bien desde el Ejecutivo se vienen realizando estrategias para disminuir las cifras de violencia infantil, aún faltan más acciones por cumplir.
El psicólogo de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, Jhon Loayza, reconoció que falta "fortalecer la articulación intersectorial y multisectorial para actuación inmediata en favor de niños víctima de violencia, estableciendo canales de seguimiento rápido para la atención pronta y oportuna de la víctima", señaló para La República.
Además, dijo que se necesita sensibilizar a los padres de familia en la búsqueda de ayuda ante sus dificultades para abordar la afectación de la violencia en sus hijos en los servicios de salud mental.
Por otra parte, el reto del Programa Nacional Aurora en lo que queda del año es ampliar su presencia y ampliar su cobertura a nivel de zonas rurales, así como aumentar la creación de 5 nuevos Hogares de Refugio Temporal; esto con el objetivo de garantizar una atención oportuna.
También piden realizar un trabajo de manera articulada entre el Estado, sector público y la comunidad. "Necesitamos involucrarnos como sociedad y participar en las acciones preventivas", subrayó Patricia Garrido.
Desde Aurora sostuvieron que hacer un cálculo de cuánto se podría reducir los niveles de violencia en los próximos meses o años dependerá de los resultados de la siguiente Encuesta Nacional Sobre Relaciones Sociales (Enares).
Unicef dio cuenta de que cerca de 400 millones de niños y niñas menores de 5 años, es decir, 6 de cada 10 dentro de ese grupo de edad a nivel mundial, sufren habitualmente maltrato psicológico o castigo corporal en casa.
Esos actos de violencia pueden generar daño a la salud mental, lo que repercute en la baja autoestima, dificultades en las relaciones interpersonales, síntomas ansioso depresivos o estrés postraumático. Así lo sostuvo el psicólogo Jhon Loayza.
Loayza comentó que la población infantil y adolescente es tratada en los servicios de salud mental de los establecimientos de salud del primer nivel no especializados y en los 279 Centros de Salud Mental Comunitaria en todo el país, que, a su vez, "actúan articuladamente con los Centro de Emergencia Mujer, Instituciones Educativas, Policía Nacional y otros".
De otro lado, de acuerdo al experto en consejería psicológica, Alexis Grados, esos actos de violencia en contra de los niños puede afectar su autoestima y su manera de enfrentarse al mundo. "Ellos pueden creer que no valen mucho como persona. Sin embargo, otros pueden llegar a justificar la violencia o se echan la culpa de sufrirla", comentó.
Asimismo, Grados refirió que, cuando vaya creciendo, la niña violentada puede tener una inseguridad frente al sexo opuesto. "Algunas pueden sentir una aversión o rechazo a los hombres. Otras tendrán un carácter muy tímido y sumiso frente a ellos", indicó.
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.
Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente.
Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados). Recuerda que, ante una emergencia, los números de teléfono a los que te puedes comunicar son el 116, número de los bomberos, o al 105, número de la Central de Emergencia de la Policía Nacional del Perú.