Roquetas de Mar ha vivido un nuevo acto violento contra varios agentes de la Benemérita cuando trataban de identificar y detener a un individuo al que se había denunciado por realizar tocamientos a una menor de 11 años . Los hechos sucedieron durante la tarde del sábado pasado cuando dos patrullas fueron necesarias para detener al agresor, los cuatro agentes tuvieron que perseguirlo durante una larga distancia en coche. Finalmente, se bajaron del vehículo y corrieron por las calles de la localidad hasta que lograron reducirlo. «Utilizaron la menor fuerza posible, a pesar de que el agresor oponía una fuerte resistencia, siendo su actitud en todo momento muy violenta y agresiva », ha denunciado la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). El operativo se salda con cuatro compañeros heridos por lo que AEGC se ha personado como acusación particular, alguno de ellos con varios traumatismos en todo el cuerpo y presentando heridas por mordiscos . «Su situación médica ha derivado en que se resiente el servicio al no poder prestarlo, con lo que los ciudadanos de Roquetas de Mar, a pesar de pagar sus impuestos, tienen mermada parte de su seguridad», señalan desde el colectivo. En esta línea, la asociación vuelve a reivindicar que se les considere como Autoridad y no Agentes, así como que se les dote y forme en el uso de pistolas eléctricas paralizantes . Argumentan que con estos dispositivos estas detenciones con individuos violentos o que no se encuentren en plenas facultades mentales, las actuaciones tendrían menos riesgo tanto para los guardias civiles como para los detenidos. Para el colectivo esta es una herramienta de trabajo esencial, pero la tienen en muy escasas cantidades mientras otras policías ya cuentan con ese material. «Pero para evitar que sigan aumentando estas agresiones desde AEGC también venimos reclamando al gobierno que nuestra profesión sea de riesgo . ¿Quién en su sano juicio puede pensar que ser el garante de la seguridad de la ciudadanía no conlleva riesgos?», explican. No es la primera vez que se producen agresiones a agentes de la Guardia Civil en Roquetas de Mar. En febrero, un joven de nacionalidad marroquí durante el traslado a los calabozos propinó a uno de los guardias dos puñetazos y le provocó la fractura de una mano. Ese mismo mes, un coche patrulla fue objetivo de piedras y ladrillos para intentar que varios miembros del cuerpo no intervinieran en el intento de okupación de una vivienda.
