Un café por la mañana siempre entra bien, pero en verano quizá no es la mejor opción, ya que tomar algo caliente con las altas temperaturas, especialmente para desayunar, puede hacernos sentir un sofoco al despertarnos. Además, la cafeína no hace más que entorpecer la hidratación, por lo que tal vez sería aconsejable buscar alguna alternativa para tomar de desayuno o postre durante los días más calurosos del año.
En los últimos meses, y más aún ahora que el verano está descargando todo su bochorno sobre nosotros, en España se está poniendo de moda una preparación muy sencilla que está hecha a base de cereales y frutas. No solo hidrata, sino que constituye una gran fuente de fibra, minerales y vitaminas. Es ideal para mantener tanto la línea como una buena salud gastrointestinal.
Esta receta lleva mucho años tomándose en otros países de Europa y en Estados Unidos, hasta el punto de que ya se ha convertido en un esencial en todas las cafeterías que se precien. Es fresquita, es saludable y tiene una textura increíble. Se parece a aquello que los ingleses llaman 'prorridge', que no es otra cosa que copos de avena hidratados. La preparación de la que hablaremos hoy, sin embargo, es un pequeño giro a esta tradicional receta, igual de saludable, pero mucho más sabrosa.
Se trata de un cuenco de avena con chía y frutas, una receta que necesita reposar toda la noche en el frigorífico para alcanzar el punto óptimo y que quede completamente deliciosa, perfecta para tomar en el desayuno o de postre en la comida. Aporta gran cantidad de fibra desde primera hora de la mañana, así como mucha energía y vitalidad.
Lo mejor para preparar este postre de avena y chía es dejarlo toda la noche en la nevera. Aunque el primer día puede ser algo pesado aguantarse las ganas de comérselo tal cual, si te acostumbras a cocinar un pequeño cuenco cada noche, a la mañana siguiente tu 'yo del futuro' lo agradecerá con creces. Además, los ingredientes son baratos, sanos y fáciles de conseguir.
Esta preparación se puede hacer tanto en un frasco con tapa como en un vaso si después lo cubrimos con film, para prevenir que se reseque. Lo más satisfactorio de la receta es ver todos los ingredientes secos y sin gracia por la noche, para luego despertarse al día siguiente y verlos ya perfectamente hidratados y apetitosos.
Es tan sencilla como mezclar todos los ingredientes en un recipiente y luego dejarlo en la nevera toda la noche. Se recomienda que no esté al fondo del frigorífico, ya que es la zona que más enfría y no queremos que nuestro delicioso postre se congele o esté demasiado frío para consumirlo.
Una vez que se han dejado hidratar correctamente los cereales durante la noche, es el momento de remover el contenido con una cuchara y disfrutar del mejor postre para el verano. Tiene una textura suave y agradable, que contrasta con las frutas. Además de ser un desayuno fresquito, saludable y rico en fibra, es muy saciante, pero nada pesado, ideal si se está siguiente un régimen de dieta.