Donald Trump, el expresidente estadounidense que vuelve a ser candidato republicano para las elecciones 2024, ha presentado algunas propuestas para su administración en caso de ser electo, relacionadas con autos eléctricos y aranceles.
El martes, Elon Musk anunció que la llegada de la megafábrica de Tesla a Monterrey, México, quedó suspendida por ahora. Y todo apunta a que el responsable de esa decisión sería, de manera indirecta, Trump.
Según el CEO de Tesla, el motivo para suspender la construcción en México es la posibilidad de que la administración de Trump imponga aranceles a los autos producidos en México.
“Creo que tenemos que ver lo que pasa con la elección. Tump ha dicho que pondrá aranceles a los vehículos producidos en México. Así que no tiene sentido invertir en México si eso va a pasar”, dijo Musk en una teleconferencia el martes.
En el debate presidencial entre Trump y Joe Biden (quien ya se ha bajado de la carrera) el pasado 29 de junio, el expresidente dijo que él dejó finanzas saludables en Estados Unidos antes de que comenzara el gobierno de Biden, y que buena parte de ello fue gracias al cobro de aranceles a países como China, de donde dijo que obtuvo “mucho dinero”.
El 18 de julio, en un discurso ante la Convención Republicana, Trump prometió poner fin a los mandatos de vehículos eléctricos, aumentar los aranceles para apoyar a la industria automotriz estadounidense y brindar “recortes impositivos masivos” para los trabajadores, incluida una exención de impuestos sobre las propinas.
Además, en ese momento, dio la “bienvenida” a las empresas chinas en EU.
El exmandatario reiteró que está abierto a que los fabricantes de automóviles chinos fabriquen automóviles en Estados Unidos como una forma de impulsar la economía, lo que indica un enfoque potencialmente diferente al de una administración Biden que ha buscado mantener fuera los vehículos con vínculos con el país.
“En este momento, mientras hablamos, China está construyendo grandes fábricas al otro lado de la frontera, en México”, para fabricar automóviles que se venderán en Estados Unidos, dijo Trump en un discurso en la Convención Republicana.}
Si esas plantas chinas se construyen en Estados Unidos, “nuestra gente estará a cargo de ellas”, afirmó Trump. De lo contrario, aplicaría aranceles de hasta el 200 por ciento a cada automóvil para evitar que ingresen al país.
Tanto Trump como Biden buscan impedir que los autos fabricados en China ingresen a Estados Unidos para proteger a los fabricantes nacionales. Pero el candidato republicano parece adoptar un enfoque más transaccional cuando se trata de las empresas chinas que fabrican autos en Estados Unidos.
Al respecto de los autos eléctricos, el republicano ha criticado las políticas actuales de la administración Biden y prometió tomar medidas desde el primer momento, si se vuelve presidente de nuevo.
“Terminaré con la obligación de usar vehículos eléctricos desde el primer día”, dijo Trump en la misma convención.
Con esta medida, se propone “salvar a la industria automotriz estadounidense de la destrucción total, que está sucediendo ahora mismo, y ahorrar a los clientes estadounidenses miles y miles de dólares por automóvil”, afirmó.
En realidad, la administración Biden no tiene un mandato sobre los vehículos eléctricos, pero los críticos de los nuevos límites de contaminación del aire emitidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en marzo pasado han dicho que obligarían ilegalmente a los fabricantes de autos a vender vehículos eléctricos.
La nueva regulación de la EPA limita la contaminación de los tubos de escape y es tan estricta que incluso podría obligar a los fabricantes de automóviles a vender muchos más modelos eléctricos e híbridos con el tiempo. Trump se ha referido a estos hechos como “estafa verde”.
Aunque los fabricantes de automóviles tienen la opción de elegir cómo cumplir con los límites de contaminación, se espera que lo hagan vendiendo más vehículos híbridos de bajas emisiones contaminantes y más vehículos eléctricos de cero emisiones. Según un escenario modelado por la EPA, aproximadamente el 56 por ciento de las ventas de automóviles y camionetas nuevas en 2032 serían eléctricas y un 16 por ciento adicional serían híbridas.
Trump ha considerado que el ‘mandato de autos eléctricos’ es una “estafa verde” y ha dicho que en su lugar destinaría dinero a proyectos como carreteras, puentes y represas, aunque no quedó claro de inmediato cómo cumpliría su promesa.
Trump no ha ocultado su desdén por los vehículos eléctricos, diciendo que estos autos no funcionan y que beneficiarán a China y México, mientras que perjudicarán a los trabajadores del sector automotor estadounidense.
Biden, en cambio, ha hecho del cambio a los coches propulsados por baterías una de sus principales políticas climáticas e industriales y se ha fijado el objetivo de que el 50 por ciento de todas las ventas de vehículos nuevos sean eléctricos para 2030.
