La carne de res ha experimentado un alza de precio hasta alcanzar los 200 pesos por kilogramo en algunos cortes, mientras que el pollo y la carne de cerdo también muestran presiones en su costo en los puntos de venta, de acuerdo con un sondeo realizado por El Financiero.
Por ejemplo, el diezmillo y aguayón de res se vende al consumidor en 202 pesos el kilogramo, un incremento de más de 6 por ciento contra 2023.
Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) indicó que este incremento se refleja en las cifras del mercado, donde se observa que, si bien el precio del ganado para sacrificio disminuyó un 6.2 por ciento, el costo de la carne en canal se disparó un 16.7 por ciento anual.
Esta discrepancia sugiere que los intermediarios y comercializadores están absorbiendo un margen de ganancia considerablemente mayor.
La subida de precios en el mercado porcino es más fuerte, ya que el precio del cerdo en pie se ha disparado un 40.1 por ciento, lo que se traduce en un aumento sustancial en el costo al consumidor.
Juan Carlos Anaya, director general del GCMA, dijo que en el cerdo en pie “se observa un aumento de precio por un hueco en la producción por enfermedades de síndrome reproductivo y respiratorio porcino y por diarrea epidémica porcina”.
Por su parte, el sector avícola no se queda atrás. El precio pagado al productor de pollo vivo en granja aumentó un 15.4 por ciento en el último año. El consumidor final ahora debe desembolsar más por este alimento que es una opción más accesible que la carne roja.
Al considerar otros productos derivados como el huevo. Los precios pagados al productor de huevo blanco y rojo se elevaron un 32.5 y 34.9 por ciento, respectivamente, llevando el precio al consumidor hasta los 44 pesos el kilogramo.
La inflación en México está acelerando su paso y ‘trepó’ hasta 5.61 por ciento anual en la primera quincena de julio, de acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) este miércoles.
Esta es la tercera quincena al hilo en que la inflación general se acelera. Además, la lectura de 5.61 por ciento anual es la más elevada en 14 meses, es decir, desde la segunda quincena de mayo del año pasado cuando fue de 5.67 por ciento anual.
El repunte de los precios obedece al dato de la inflación no subyacente, que marcó 10.64 por ciento anual en la primera quincena de julio, desde el 8.61 por ciento anual de finales de junio.
En el desglose de los datos de la inflación no subyacente, la de los productos agropecuarios fue de 14.33 por ciento anual en la primera quincena de julio. Esto es un reflejo del comportamiento de precios de las frutas y verduras, cuya inflación fue de 25.69 por ciento anual, su lectura más alta desde la primera quincena de agosto de 2017.
Los alimentos afectados de manera directa en sus precios son el chayote, que sube 121.65 por ciento; el jitomate, con 81.27 por ciento más; la cebolla, con 47.66 por ciento; la calabacita, con 43.18 por ciento; y la zanahoria, 39.45 por ciento.
Con información de Alejandro Moscosa.s