"Entiendo el morbo y la ilusión de vernos jugar juntos pero eso no se traduce en éxito. Pensar en eso es un error.
Carlos no ha jugado muchos dobles y yo no he jugado ni muchos dobles ni muchos individuales".
Rafa Nadal aplaca la euforia, pero su prudencia no mitiga la ilusión desatada en el mundo del tenis.
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