Las últimas medidas del Gobierno y sobre todo la estrategia del Gobierno de vender dólares en el CCL podrían traer mayor volatilidad en los bonos, según los analistas.
Los especialistas recomiendan selectividad y cautela. ¿Cuál es el bono preferido?
El Gobierno busca eliminar todas las fuentes de emisión monetaria para frenar por completo la inercia inflacionaria.
Dentro de esta estrategia, ya eliminó la emisión para financiar al Tesoro y también los pasivos remunerados para los cuales el BCRA debía emitir pesos para pagar los intereses.
Además, vende dólares en el CCL para absorber los pesos que emite por la compra de reservas en el MULC.
El problema de esta estrategia es que la acumulación de reservas va a ser más lenta, y en el peor de los casos, podría llegar a dejar de acumular si es el que el BCRA no compra dólares en el MULC.
El mercado de bonos observa que la cantidad de recursos (dólares) que tendrá la Argentina en el futuro podría ser menor hacia adelante, y, por lo tanto, el pago de la deuda podría estar en juego.
Por esta misma razón es que, tras el anuncio, la brecha cambiaria cayó, pero también los bonos.
Existe una fuerte correlación entre la dinámica de las reservas y la de los bonos. Cuanto más reservas, más seguro el pago de la deuda, y por lo tanto, los bonos suben.
Sabiendo este temor por parte del mercado, el equipo económico anunció la compra de dólares por parte del Tesoro para el pago de intereses de enero 2025 por U$S 1528 millones.
Estos dólares serán girados a una cuenta del Bank of New York Mellon.
Sin embargo, el anuncio no logró mitigar los temores sobre la capacidad de pago del Gobierno ya que la deuda siguió sin mostrar fuertes avances en las últimas horas.
Adicionalmente, el presidente Milei aseguró el viernes pasado, que tiene acordado un repo con bancos internacionales para asegurar el pago del capital de enero de 2025.
Y gracias a ello la deuda evidenció un rebote, aunque muy tímido.
Juan Pedro Mazza, estratega de Cohen, alertó que las peores perspectivas para las reservas impactaron negativamente sobre los bonos en dólares.
"La débil expectativa sobre las reservas refuerza un entorno adverso para los bonos soberanos. A falta de dólares, crecen las probabilidades de una reestructuración en 2025", comentó Mazza.
En ese sentido, Mazza agregó que para mitigar preocupaciones, el Tesoro giró por adelantado los fondos para el pago de intereses de enero y afirmó que podrá acceder a un repo para la amortización de capital.
Sin embargo, detalló que estas medidas son positivas, pero insuficientes para solucionar el problema de fondo como la apreciación del tipo de cambio real.
Dada la falta de detalles sobre la operación, el mercado sigue con dudas sobre la dinámica de las reservas y su impacto sobre los bonos. Por esta situación, los analistas anticipan mayor volatilidad en la renta fija local.
Juan Barboza, gerente de Research de Mariva, explicó que la decisión del Gobierno de priorizar la baja de la inflación aún a costa de acumular menos reservas en un segundo semestre ya de por sí desafiante impactó en el precio de los bonos en dólares.
Por otro lado, Barboza cree que la presión sobre la renta fija local podría continuar en las próximas semanas.
"Esta presión difícilmente disminuya en el corto plazo de no mediar sorpresas, como un resultado muy positivo en el blanqueo de capitales. A más mediano plazo, mantener el equilibrio fiscal y alcanzar una menor tasa de inflación que permita levantar los controles cambiarios, deberían ir en dirección de comprimir el riesgo país y facilitar el refinanciamiento de los pagos", afirmó.
Lo cierto es que los bonos se encuentran en un proceso correctivo.
Con la última caída los bonos regresaron a zona de mínimos. Tomando desde el pico de abril hasta la fecha, los bonos evidencian fuertes caídas. El tramo corto de la curva baja 8% en el GD29 y 11% en el GD30.
En el tramo medio se ven pérdidas de 14,5% en promedio, mientras que en más largo, las debilidades son de entre 15% y hasta 17%.
Los analistas de Consultatio advierten que, si el nuevo esquema cambiario y monetario implica que el BCRA no pueda acumular reservas, entonces los bonos puedan seguir sufriendo.
Sin embargo, advierten que las debilidades en los bonos no pueden extenderse en el tiempo ya que la Argentina debe volver a los mercados de deuda en 2025.
"El Gobierno necesita acumular reservas para bajar el riesgo país a niveles de 800 puntos y recobrar el acceso al financiamiento voluntario del mercado. Sin fondos frescos, el principal driver que podría empujar a los bonos es la salida del cepo. No es evidente si la última jugada del Gobierno nos acerque a esa solución", dijeron desde Consultatio.
Los analistas de Adcap Grupo Financiero esperan que la tensión sobre la renta fija local se mantenga en las próximas semanas.
"Creemos que los bonos en dólares van a sufrir una volatilidad en el corto plazo en tanto el mercado efectivamente empiece a ver las compras de dólares del Tesoro y cómo funciona esta ´segunda etapa´ del plan económico y monetario del Gobierno. Creo que el GD35 se encuentra en un precio de entrada", remarcaron.
Por su parte, y mirando hacia adelante, Mazza se muestra selectivo con los bonos, anticipando mayor volatilidad, pero con perspectivas positivas.
"Tácticamente, la dinámica de los bonos argentinos sigue siendo bajista, por lo que sugerimos mantener una exposición reducida hasta que aparezcan señales de repunte. Estratégicamente, las paridades de los bonos ya tienen en precios un evento crediticio por lo que ofrecen una buena relación riesgo-retorno. Dadas la volatilidad, sugerimos priorizar los bonos largos GD35 y GD38, por su menor paridad", afirmó.
Desde que salieron a cotizar los bonos tras la reestructuración de deuda de 2020, la curva se muestra invertida.
Esto significa que los bonos del tramo corto rinden más que los títulos más largos, por lo que el mercado asigna a la renta fija de corto plazo como de mayor riesgo que la de mayor plazo.
En otras palabras, los inversores ven riesgos crediticios en la renta fija local, los cuales se explican por la débil posición de reservas y expectativas negativas hacia adelante.
Si bien los bonos subieron más del 100% desde 2023, la curva sigue invertida. El tramo corto opera con tasas de 26% a 30%, mientras que el tramo largo rinde entre 20% y 18%.
Pese a que la curva está invertida y a que los bonos están dentro de un proceso correctivo de corto plazo, los analistas ven oportunidades en el ajuste actual.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, no cree que la menor acumulación de reservas tenga un impacto negativo significativo en los bonos en dólares.
"Tanto Milei como Caputo han afirmado su compromiso de pagar toda la deuda. Argentina ya cuenta con las reservas necesarias para el pago de enero, una suma considerable, y además, se proyecta una mayor acumulación de reservas en el futuro, como resultado del blanqueo que se estima aportará u$s 3000 millones adicionales", dijo.
En ese sentido, agregó que el ingreso adicional por el blanqueo fortalecerá las reservas. Por esta razón, Lazzati se muestra optimista con la renta fija local.
"Esperamos una recuperación de los bonos en el corto plazo debido a que la fecha límite del blanqueo es el 30 de septiembre. Además, existe un incentivo fiscal donde aquellos que participen del blanqueo y compren bonos estarán exentos del 0% de alícuota, por lo que el precio de los bonos aumentara por demanda. Por lo tanto, la menor acumulación de reservas no debería tener un impacto significativo, ya que el blanqueo impulsará el valor de los bonos", comentó.
Por su parte, Adrián Yarde Buller, economista jefe de Facimex Valores, ve justificaciones para seguir apostando a la renta fija local.
"El mercado subestima los avances y sobredimensiona los desafíos cambiarios, que claramente son importantes. El Gobierno está atacando con gran convicción el corazón de los desequilibrios macroeconómicos, que es fiscal, y la sociedad está acompañando el rumbo", dijo
Además, agregó que "el escenario sigue siendo atractivo para apostar por una compresión de spreads en la curva soberana, con Argentina todavía sobrecastigada en relación a sus comparables".
Finalmente, según cálculos de los analistas de la consultora 1816, ante una convergencia de los bonos soberanos a rendimientos similares a los que muestran los créditos de emergentes, los bonos podrían subir entre 40% y hasta 111%.
Si la Argentina rindiese 10%, como lo hace la mayoría de los créditos de emergentes, los bonos soberanos podrían ganar entre 50% y 88%, siendo el GD35 nuevamente el de mayor potencial alcista.
Finalmente, ante una posible convergencia a un rendimiento del 8%, el GD35 podría avanzar 111%, al igual que el GD41, según cálculos de 1816.