Este domingo 28 de julio, Venezuela celebrará elecciones presidenciales en medio de una gran tensión política y económica. Estas elecciones se consideran las más desafiantes para el chavismo en 25 años de poder. La oposición enfrenta una oportunidad real de alcanzar el ansiado cambio tras el colapso económico y social que afecta al país sudamericano.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) no proporcionó detalles sobre la votación. Sin embargo, las urnas en Venezuela suelen abrir a las 6:00 a.m. y cerrar a las 6:00 p.m.
¿Qué factores influyen en esta crucial elección? ¿Cómo podrían transformar el futuro de Venezuela?
El izquierdista Nicolás Maduro, de 61 años, ejerce la presidencia desde 2013 y busca un tercer mandato de seis años. Plantea el proceso como una elección entre “paz y guerra”. Asegura que una victoria opositora conduciría a un “baño de sangre”, una declaración que genera alarma en la región.
Su principal rival es Edmundo González Urrutia, candidato presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), quien representa a la líder opositora María Corina Machado, inhabilitada para postularse. González Urrutia promete “reconciliación” y la repatriación de millones de migrantes que huyeron de la crisis económica y humanitaria.
A días de la elección, reina la incertidumbre. Algunos dudan de que se celebren los comicios o de que González Urrutia, de 74 años, figure en la boleta.
“Si llegamos al domingo 28 como estamos ahora, obviamente se traducirá no solo en una victoria, sino en una victoria sumamente amplia”, declaró Luis Salamanca, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), a la AFP.
Además, la elección contará con la presencia de otros ocho candidatos minoritarios. Para un total de 10, aunque hasta este miércoles no se tiene una confirmación oficial.
El país petrolero, durante mucho tiempo uno de los más ricos de América Latina, está hundido en la crisis. La producción de crudo se desplomó de 3,5 millones de barriles por día en 2008 a 400.000 en 2020. Hoy se recuperó a un millón diarios. El PIB se redujo 80% en 10 años, con cuatro años de hiperinflación que llevaron a una dolarización parcial de la economía.
Venezuela atraviesa una grave crisis política, económica y humanitaria. Esto provocó el éxodo de aproximadamente siete millones de sus 30 millones de habitantes. De estos, alrededor de 21 millones están inscritos en el padrón electoral, aunque se estima que solo 17 millones, que permanecen en el país, podrían votar.
El chavismo desestima los sondeos que ubican a González Urrutia como el virtual ganador de las elecciones del próximo domingo. Aseguran que dichos sondeos son fabricaciones destinadas a justificar denuncias de fraude.
“Cuando el CNE (Consejo Nacional Electoral) proclame la victoria del presidente Maduro, nos vamos a la calle a defender la paz”, afirmó su jefe de campaña, el parlamentario Jorge Rodríguez, al dar por descontada la reelección.
Según el CNE, para ser candidato presidencial en Venezuela, se debe ser venezolano por nacimiento o, en el caso de los naturalizados, haber llegado al país antes de los siete años y residir permanentemente. Los candidatos deben cumplir con requisitos de edad, estado civil, nacionalidad única, y no tener condenas firmes, además de otros requisitos constitucionales.
El período presidencial es de seis años y el presidente puede ser reelegido. La elección se realiza por votación libre, universal, directa y secreta. El candidato que obtenga la mayoría de los votos válidos es proclamado electo.
Machado y González abogan por un cambio de gobierno hacia la “libertad” y una economía de mercado. Maduro, en cambio, propone “transformaciones” y atribuye la crisis a las sanciones de Estados Unidos.
El rostro de Maduro aparece en afiches, murales y vallas por todo el país, mientras que la oposición, con recursos limitados, se enfoca en las redes sociales.
Maduro realiza dos o tres mítines diarios en grandes tarimas, mientras que la oposición usa camiones para sus discursos, corriendo el riesgo de que sean detenidos.
“Estas elecciones no han sido libres ni justas en la selección de candidatos ni en la campaña electoral”, señaló Rebecca Hanson, profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida.
“Soy escéptica en cuanto a que haya suficientes incentivos para que Maduro deje el poder”, añadió.
Opositores venezolanos claman por unidad a una semana de las elecciones
Estados Unidos ofrece $15 millones por información que lleve a la captura de Maduro, a quien califica de dictador. Ofrecimiento que está vigente.
La Corte Penal Internacional investiga a su gobierno por crímenes de lesa humanidad relacionados con la represión de manifestaciones en 2017.
El 28 de julio será crucial la postura del aparato de seguridad, que respalda al gobierno. Maduro afirma que la Fuerza Armada está de su lado y podría haber un alzamiento militar si gana la oposición. González Urrutia pide a los militares que respeten el resultado.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó preocupación por la advertencia de Maduro sobre un posible “baño de sangre”, diciendo: “Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas. Cuando pierdes, te vas.”
El gobierno venezolano atribuye sus problemas al “bloqueo criminal” de las sanciones estadounidenses, impuestas en 2019 tras la reelección de Maduro, considerada fraudulenta.
Aunque Venezuela se acerca a Rusia, Irán y China, Estados Unidos sigue siendo un actor central en la situación y busca evitar una nueva oleada migratoria si Maduro es reelegido.
El Acuerdo de Barbados, con mediación de Noruega y participación de Estados Unidos, buscó asegurar elecciones “democráticas, libres y justas” a cambio de alivio de sanciones. Las negociaciones con el gobierno de Maduro continúan.
La oposición y el gobierno acordaron la fecha de las elecciones y la observación internacional, incluyendo a la Unión Europea (UE). Sin embargo, el 28 de mayo, el CNE retiró la invitación a la UE tras sanciones contra 50 funcionarios, y Amoroso condicionó una nueva invitación al levantamiento de las sanciones.
Además de la UE, el CNE invitó al Centro Carter, los BRICS y la Unión Africana como observadores. La ONU envió expertos para un “informe interno” sobre las elecciones del 28 de julio.