Los mamíferos son un grupo muy diverso que, no obstante, tiene algunas subclasificaciones más o menos claras. Por ejemplo, en general, las especies más pequeñas tienen vidas más cortas que las más grandes (un ratón vive uno o dos años, pero un elefante puede cumplir 70 años); a cambio, los de menor tamaño alcanzan la madurez antes y suelen reproducirse en camadas más grandes. Este hecho, que parece lógico, puede no haber sido siempre así. Ahora, una nueva investigación publicada en la revista ' Nature ', desvela que los mamíferos del Jurásico, los que convivían con los dinosaurios, alcanzaban la etapa adulta más tarde y vivían más tiempo. Así lo revelan unos fósiles únicos encontrados en la Isla de Skye (Escocia) de unos pequeños animales del tamaño de una musaraña o un ratón que vivieron hace unos 166 millones de años (Jurásico medio). Se trata de los huesos y fósiles de dos ejemplares de Krusatodon kirtlingtonensis , uno de los primeros mamíferos de los que se han hallado restos (se cree que los mamíferos surgieron hace unos 200 millones de años, tan solo 33 millones antes que estos K. kirtlingtonensis ). Lo que los hace especiales, más allá de su antigüedad, es que uno de ellos corresponde a un espécimen juvenil -el único ejemplar de mamífero juvenil que se ha hallado del Jurásico Medio hasta la fecha- y el otro es un adulto -uno de los esqueletos mejor conservados descubierto en los años 70- que vivieron en torno a la misma época, lo que abre una ventana directa a la vida y el desarrollo de esta especie. El análisis comparativo ha revelado increíbles detalles sobre su crecimiento y ciclo de vida. Las edades de los especímenes al morir se determinaron usando imágenes de rayos X para contar los anillos de crecimiento en sus dientes. Se descubrió que el adulto tenía alrededor de 7 años y el juvenil entre 1 y 2 años, y aún estaba en el proceso de reemplazar sus dientes de leche, algo que choca con el ciclo de los mamíferos pequeños actuales, que pierden sus dientes de leche en los meses posteriores al nacimiento. Los fósiles de Krusatodon revelan por primera vez que los primeros mamíferos no terminaban de reemplazar sus dientes hasta bien entrado su segundo año de vida, posiblemente más tarde. Esto nos indica que debió haber ocurrido un cambio fundamental en los patrones de crecimiento y la esperanza de vida de los mamíferos durante o después del Jurásico Medio. «Estos fósiles nos brindan una visión sin precedentes de la vida de los primeros mamíferos en la época de los dinosaurios -señala Elsa Panciroli, autora principal e investigadora asociada de Paleobiología en National Museums Scotland-. Aunque exteriormente el Krusatodon parecía una musaraña o un ratón, por dentro era bastante diferente: crecía más lentamente y vivía mucho más que los pequeños mamíferos de hoy. Como resultado, probablemente tenía una fisiología y un ciclo de vida bastante distintos. Esto es solo la punta del iceberg en términos de lo que pueden decirnos». Por su parte, Stig Walsh, responsable de Paleobiología de Vertebrados en National Museums Scotland y coautor del estudio, asevera: «Los fósiles de mamíferos de esta edad son excepcionalmente raros en todo el mundo, y la mayoría son solo dientes individuales encontrados al tamizar sedimentos. Encontrar dos esqueletos fósiles tan raros de la misma especie en diferentes etapas de crecimiento ha reescrito nuestra comprensión de la vida de los primeros mamíferos».