A pesar de que las transacciones digitales se posicionan como la opción favorita de muchos, todavía en el Perú existe un mercado reticente que no le da la libertad a los consumidores de elegir el medio de pago de su preferencia en los puntos de venta presenciales. En ese sentido, el 56% se ha visto obligado a priorizar el efectivo, de acuerdo al estudio de Minsait Payments sobre la digitalización de pagos. Mientras que en países como España, Italia y Reino Unido el porcentaje es menor, oscilando entre el 26% y 43%.
La principal dificultad que impide el método preferido a pagar es, en primer lugar, la falta de aceptación del esquema con el que el cliente quiere pagar (29%), en segundo lugar, problemas de funcionamiento del método de pago a usar (22,5%) y, por último, las fricciones asociadas con costes o comisiones por el comercio para aceptar el medio de pago (25%). . No obstante, la falta de acceso digital y la alfabetización bancaria también influyen.
A nivel institucional todavía se considera esencial el uso del efectivo, ya que sigue siendo esencial para muchas empresas y hogares que se encuentran en situación de exclusión financiera o incluso digital.
Carlos Huamán, director ejecutivo de DN Consultores, señala que la restricción no va por el lado de la aplicación digital per se, puesto que -a la fecha- . Se trataría más bien de un tema de bancarización.
“La bancarización es un tema que obedece al sector financiero. Sucede que hay personas que prefieren trabajar con efectivo. Me refiero a las que viven en zonas rurales o en el ámbito periurbano, encontrándose alejadas de los nodos económicos del país”, explica.
De acuerdo a Javier Ichazo, líder de la línea de negocios de microfinanzas de Credicorp, menos inclusión financiera recae en mayor informalidad laboral.
En el Perú, , frente al 50% de los formales. Además, apenas el 10% de desocupados ha logrado este nivel de inclusión. Es decir, los desempleados peruanos están casi al mismo nivel que los informales en cuanto a inclusión financiera.
“Cuando hablamos de establecimientos físicos, hablamos de establecimientos donde hay mucha informalidad, especialmente en los negocios pequeños. Ellos prefieren el efectivo porque es un medio de pago que habilita la economía informal”, señala Jaime Montenegro, líder del Centro de Transformación Digital de la Cámara de Comercio de Lima (CCL). Frente a ello, la digitalización en los pagos podría impulsar la inclusión financiera.
Casi la mitad de quienes participaron en el estudio de Minsait Payments considera a los smartphones como una herramienta clave para la digitalización de transacciones, postulándose además como aliados en la inclusión financiera.
Jimena Navarro, gerente de Segmento Premium de Niubiz, rescata la flexibilidad de usar a los celulares como POS.
“Solo es necesario tener un smartphone para convertirlo en un terminal de punto de venta. . El uso de teléfonos inteligentes democratiza el acceso a servicios financieros, permitiendo que más negocios participen de la economía digital del país”, asegura.