Javier Hernández-Pacheco (1953-2020), considerado uno de los filósofos españoles más interesantes y originales de finales del siglo XX y principios del XXI, admirador de Nietzsche (1844-1900), explicaba que «beneficio viene de bene facere» y que «lo obtiene aquel que presta un servicio, es decir, aquel que enriquece a los demás con el producto de su trabajo». Lo dejó escrito en su breve y delicioso «Elogio de la riqueza», recién reeditado por Deusto, y en el que asegura –anatema en España– que «ser rico es un deber moral de todo ciudadano». También de las empresas, porque el objetivo de una inversión, que «es una transacción pecuniaria, es el beneficio, en términos de valor y de propiedad», como ya decía Thorstein Veblen, el fundador de la corriente «institucionalista» de las ciencias sociales.
Banco Sabadell y la energética Naturgy presentaron ayer sus resultados, ambos positivos pero, sobre todo, muy significativos. El banco que presidente Josep Oliu, con González Bueno de primer ejecutivo, ha logrado aumentar un 40% los beneficios y ha anunciado una subida notable del dividendo. Todo en medio de la OPA hostil lanzada por el BBVA, que sin duda perdió en su momento la oportunidad de un acuerdo amistoso y en mejores condiciones. El Sabadell, con sus resultados, refuerza su posición, atiende y recompensa a sus dueños, los accionistas, y complica cada vez más los planes del BBVA que, como primera providencia, necesitaría hacer una oferta mejor en metálico. No obstante, Carlos Torres, presidente del BBVA –quizá sea un indicio de algo– dijo que el ciclo económico podría hacer menos atractiva la operación, signifique eso lo que signifique.
Naturgy, la compañía energética que preside Francisco Reynés, ganó 1.043 millones en el primer semestre. La cifra significa mantener los resultados del año anterior, a pesar del hundimiento generalizado de los precios energéticos, que han horadado las cuentas de otras empresas del sector. Además, ha reducido en 11.000 millones su endeudamiento y presentará a final de año un plan estratégico para el periodo 2025-2030, que debería contribuir a aclarar la estructura del capital. Un banco y una energética, «bene facere», decía Hernández-Pacheco.
