Pedro Sánchez desembarca hoy en Barcelona junto con dos ministros -Félix Bolaños y Elma Saiz- para acercar posiciones con ERC y dar vía libre a un acuerdo que haga posible la investidura de Salvador Illa. El presidente se entrevistará con Pere Aragonés y se harán una foto más necesaria que nunca tras el revolcón que ayer propició Junts per Catalunya al gobierno tumbando la ley de extranjería y la tramitación de los presupuestos, votando junto a Vox y PP.
Mientras Sánchez se entrevista con el presidente catalán, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, lo hará con la vicepresidenta Laura Vilagrà, y la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, con el consejero de Derechos Sociales, Carles Campuzano, que ultimarán el acuerdo sobre el traspaso del Ingreso Mínimo Vital que se firmará una vez finalizada la reunión de ambos presidentes.
Todas las fuentes apuntan que hoy es un día decisivo mientras sigue en el aire el acuerdo clave: la financiación singular. El martes de la pasada semana, las conversaciones se paralizaron por las diferencias entre ambas formaciones y obligaron a Salvador Illa a tomar cartas en el asunto y desbloquear lo que los republicanos llaman “carpeta cero”, es decir, cerrar acuerdos pendientes. El lunes se formalizó el traspaso de Rodalies, financiación para becas e investigación y se desbloqueó la condonación de 15.000 millones de deuda.
Oriol Junqueras, que aspira a renovar la presidencia de ERC, hizo ayer un movimiento importante posicionándose a favor de un acuerdo con los socialistas en un manifiesto avalado por más de 2.000 firmas, el doble de lo logrado por Marta Rovira. En este manifiesto, el líder de ERC aboga por resituar a ERC y no depender de Puigdemont. Junts ayer en el congreso mostró su enfado y dejó en jaque al Gobierno de Pedro Sánchez mientras prepara un gran acto de apoyo a Puigdemont en Francia el próximo día 27 mientras se sigue especulando con su vuelta a Cataluña para presionar a las bases de ERC.
De momento, la formación republicana apunta que la consulta podría celebrarse el día 1 de agosto. Las bases de ERC decidirán sobre el acuerdo que se considera inminente y Puigdemont jugará su propia partida para forzar un no que lleve a Cataluña a una repetición electoral.