Ante el impulso al transporte ferroviario, son necesarios más maquinistas, pero los sindicatos advierten sobre optar por centros formativos inadecuados en una profesión tan marcada por la seguridad
No hay duda de que el mercado laboral español, incluso en los mejores momentos, se caracteriza por una tasa de desempleo muy elevada. En mayo de 2024, la tasa de paro estaba en el 11,7% en comparación con el 6% de la media europea. Un porcentaje que en el caso del desempleo juvenil —hasta los 24 años— se eleva al 28,36% según datos de finales de 2023. Por eso llaman la atención trabajos en los que la demanda de empleo crece de manera exponencial en un sector al alza.
El tráfico ferroviario, medido en trenes por kilómetro según la utilización de la línea por un tren a lo largo de un kilómetro, marca récords lográndose en 2023 el mayor registrado en la red ferroviaria española. No hay que olvidar tampoco que España, el segundo país del mundo con una mayor red de alta velocidad por detrás de China, tiene liberalizado desde 2019 el sector de transporte de viajeros y actualmente, además de la empresa pública Renfe, existen otros dos operadores privados con rutas en crecimiento. Esto tiene una consecuencia lógica, cada vez son necesarios más trenes y por tanto más maquinistas que los conduzcan.
“Es importante destacar que el impulso de este crecimiento no sólo proviene de la demanda actual, sino también de las proyecciones futuras”, apunta Óscar Lázaro, director de la Escuela Ferroviaria y responsable de Seguridad Ferroviaria de Transfesa Logistics, en alusión al compromiso español de aumentar la cuota ferroviaria del 4% al 10% antes de 2030 debido a sus ventajas ambientales sobre otros sectores. La escuela que dirige Lázaro lleva 13 años formando a maquinistas con altísimas cotas de aprobados, en la última promoción el 94% de sus alumnos aprobaron a la primera el examen teórico y en la anterior alcanzaron el 80% siendo los que más aprobados obtuvieron.
“Venía sin saber nada del mundo ferroviario, después del periodo teórico aprendí todo lo que necesitaba gracias a la gran preparación de los profesores. Aprobé a la primera y fue gracias a ellos”, asegura Mikel Sastre, antiguo alumno de la escuela, que sabe bien que la de maquinista es una profesión que puede presumir como pocas de su gran estabilidad, con posibilidades de acceder a empresas públicas y privadas, una buena remuneración y que, además, contribuye a hacer el sistema de transporte más sostenible.
Y ¿qué es lo que tuvo que hacer Sastre para acceder a un puesto de maquinista? Lo primero es, si se tiene el título de bachiller —o equivalente a nivel laboral— y un certificado de aptitud psicofísica expedido por un centro médico homologado, buscar un curso de maquinista. Aunque hay que tener en cuenta que el Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios (Semaf) ya ha advertido de la proliferación de escuelas y cursos de formación en los que existen carencias importantes en la experiencia docente, en los recursos materiales y que no cuentan con programas formativos adecuados.
Sastre escogió la Escuela Ferroviaria de Transfesa Logistics, que cuenta con el respaldo de una compañía ferroviaria con más de 80 años de experiencia y en la que son muy conscientes de que la seguridad ferroviaria comienza con una buena formación. Por eso, en sus instalaciones de Madrid disponen de un equipo de formadores de teoría y práctica altamente capacitado con más de 55 maquinistas experimentados, lo que garantiza que en caso de incidencia el alumno pueda aprender cómo lo afronta y soluciona un experto profesional. Además, muchos de los estudiantes de la Escuela terminan incorporándose a la plantilla de maquinistas de la empresa.
Este curso de maquinistas, cuya próxima convocatoria comenzará el próximo 16 de septiembre de 2024, dura aproximadamente un año; seis meses en lo que se ofrece una formación teórica y otros seis para la parte práctica. En esta última, los alumnos realizan prácticas en trenes, instalaciones y terminales propias de la empresa además de contar con un simulador ferroviario y un tutor atento a la evolución de cada persona para adaptar las horas de conducción efectiva en función del ritmo de aprendizaje. Sin duda, una de las fases que más valoran los alumnos. “Lo que más disfruto de esta etapa del curso es el compañerismo de los maquinistas con los que realizamos las prácticas, siempre dispuestos a compartir conocimiento y a ofrecer consejos valiosos”, señala Adrián Ortiz, otro de los alumnos de la escuela. Además, para fomentar la presencia femenina en el sector ferroviario, la Escuela Transfesa Logistics ofrece un 10% de descuento sobre el total de la formación a las primeras diez mujeres que quieran realizar el curso de maquinista.
Después, ya solo queda superar el examen oficial de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF). Algo asequible con una formación de calidad que posibilita el acceso a una profesión estable, bien remunerada y sostenible.