Así como en África existe un único país que habla español, en Asia sucede algo similar. En ese continente, el español ha sido hablado por más de 300 años y, actualmente, las nuevas generaciones aún lo mantienen vivo. Pese a que la distancia entre esta nación asiática y Perú es de 18,127 km, hay un vínculo muy fuerte que une a ambos territorios, y no nos referimos solo a la lengua.
Esta colonización no solo dejó una huella en la religión y la lengua, sino también en la cultura, la arquitectura y las tradiciones, evidenciando la profunda influencia española que perdura en esta nación hasta la actualidad.
Filipinas es la única nación que habla español dentro del continente asiático, debido a la colonización española. Sin embargo, en este país de 113 millones de habitantes, también se hablan inglés y tagalo (también conocido como filipino), junto con otras 170 lenguas. Cabe resaltar que el inglés y el filipino son los idiomas oficiales del país.
Asimismo, se sabe que la colonización española en Asia tuvo su epicentro en Filipinas, que fue parte del Imperio Español durante más de 300 años, desde 1565 hasta 1898. La expedición de Miguel López de Legazpi en 1565 marcó el inicio de la dominación española, con la fundación de la ciudad de Manila en 1571 como la capital del territorio.
Durante este periodo, los españoles introdujeron el cristianismo, que sigue siendo la religión predominante en el país. También implementaron el sistema educativo y legal español, y promovieron el uso del idioma español. Aunque el español dejó de ser la lengua oficial en 1987, su influencia persiste en el idioma local, el chabacano, una lengua criolla basada en el español.
El pasado de Filipinas y Perú tiene un antecedente en común: ambos países estuvieron bajo la dominación española. En Perú, se instauró un virreinato que duró 292 años, desde 1532 hasta 1824. En el caso de Filipinas, la colonización española se extendió por más de 300 años, convirtiendo al español en la lengua oficial. Sin embargo, esto cambió con la invasión de Estados Unidos a finales del siglo XIX.
Además, la relación entre ambas naciones es significativa debido al Galeón de Manila, una ruta comercial que conectaba Manila y Acapulco, facilitando el intercambio de bienes, cultura e ideas entre Asia y América Latina, y estableciendo vínculos duraderos entre Filipinas y los países hispanohablantes, incluido Perú.
De acuerdo con información del portal de noticias BBC, en Filipinas acostumbran a saludarse de la siguiente manera: "Hello ¿Kumustá?", que se asemeja al "¿Cómo estás?" en español.
El tagalo o tagálog, uno de los idiomas principales de Filipinas, lleva consigo la influencia del español, junto con el inglés y las lenguas indígenas. Esta mezcla significa que, de alguna manera, el español, compartido con la mayoría de las naciones latinoamericanas, perdura en el país asiático.
La influencia española en ambos países es evidente en la religión, el idioma, la arquitectura y las tradiciones. Aunque el español ya no es un idioma oficial en Filipinas, su influencia persiste en el vocabulario y en el idioma chabacano, una lengua criolla basada en el español.