Se confirma el retraso en la llegada de los nuevos submarinos de la clase S-80 de Navantia a la Armada. Tras la entrega el 30 de noviembre del pasado año de la primera unidad, el S-81 Isaac Peral, el siguiente submarinos, el S-82 Narciso Monturiol tenía prevista la finalización a finales de este año o principios de 2025. Sin embargo, según anunció la ministra de Defensa, Margarita Robles, en abril de 2023, los retrasos en la construcción "exceden de lo razonable". Pero las cosas han empeorada aún más desde entonces. Según informaba hace dos días el diario La Verdad, la entrega del S-82 ha sido pospuesta hasta 2026. Este retraso afecta no solo a la capacidad operativa de la Armada, sino también al prestigio y la eficiencia del astillero de Navantia en Cartagena, donde se construyen estos submarinos.
Los retrasos en la producción del S-82 se deben a una combinación de problemas técnicos y la falta de personal experimentado. A pesar de haber cerrado el casco resistente del S-82 en junio de 2023, Navantia enfrenta dificultades para acelerar la producción. La complejidad del diseño y la construcción de estos submarinos ha sido un desafío constante. La empresa ha tenido que reprogramar todo el proyecto varias veces debido a problemas en el diseño y la producción del prototipo, el S-81 Isaac Peral.
La Armada se encuentra en una situación crítica debido a estos retrasos. Actualmente, solo dispone del S-71 Galerna, que lleva en servicio más de 40 años. La Armada tuvo que dar de baja al S-74 Tramontana en 2022, dejando al Galerna como el único submarino operativo hasta que el S-81 Isaac Peral termine su "rodaje" y pase a estar plenamente operativo, y el S-82 Narciso Monturiol sea entregado a la Armada. El retraso en la entrega del S-82 podría obligar a prolongar aún más la vida útil del 'Galerna', a pesar de que no está recomendado seguir operando con él por mucho más tiempo.
El S-81 'Isaac Peral' ha estado en proceso de pruebas de mar y puerto, mostrando un rendimiento satisfactorio. Las pruebas incluyen la calibración de los sonares, pruebas de comunicaciones y el lanzamiento de un torpedo de ejercicio. Su entrada en servicio está prevista para 2025, aunque aún necesita pasar varias pruebas adicionales.
Pero los retrasos no solo afectan al S-82, sino a los otros dos pendientes, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, que se encuentran en distintas fases de construcción. El S-83, cuyo ensamblaje estructural está en progreso, tiene su entrega prevista para 2028. El S-84 está en la fase de construcción del casco resistente y se espera que sea entregado en 2029.
El proyecto de submarinos de la clase S-80, una serie de sumergibles de diseño nacional fabricados por Navantia, se inició hace más de veinte años. Desde sus comienzos, el programa ha enfrentado numerosos desafíos técnicos y de gestión que han provocado retrasos significativos en su entrega. Originalmente, el programa incluía la construcción de cuatro submarinos: el S-81 Isaac Peral, el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes.
Una característica destacada de los submarinos de la clase S-80 es el Sistema de Propulsión Anaerobia (AIP), que permite a los submarinos operar sumergidos durante semanas sin necesidad de salir a la superficie. Esta tecnología proporcionará a la Armada Española una capacidad táctica avanzada y un mayor nivel de discreción. Sin embargo, el S-81 y el S-82 serán entregados inicialmente sin este sistema, que se instalará durante su primera gran carena.
Las relaciones entre Navantia y la Armada han sido tensas debido a los continuos retrasos y problemas técnicos. Estas tensiones se han manifestado en varias ocasiones, como la falta de celebraciones públicas para hitos importantes en la construcción del S-82. La reunión de urgencia convocada por la ministra de Defensa en abril de 2023 para abordar los retrasos subraya la gravedad de la situación.
A pesar de los desafíos, el proyecto S-80 sigue siendo una prioridad para el Ministerio de Defensa. La necesidad de modernizar la flota submarina de la Armada es crucial no solo para la defensa nacional, sino también para mantener la competitividad de Navantia en el mercado internacional. Países como India, Canadá y Polonia han mostrado interés en estos submarinos, lo que podría traducirse en futuras oportunidades de exportación para España.