Cuando uno viaja lejos de casa es frecuente pensar cómo sería su vida allí. Muchos españoles, por ejemplo, seguro que se han imaginado alguna vez viviendo en Nueva York y yendo rápido por las calles de Manhattan, café en mano y hacia las oficinas a trabajar. Otros, en cambio, apostarían por lugares más remotos, trabajando a distancia desde una cabaña cerca de una playa paradisíaca. En todo caso, quienes más fácil lo tienen para ver proyectada una nueva vida lejos de casa seguramente son aquellos que han conocido más destinos. Y en este sentido Lola Méndez , una periodista de viajes con una extensa trayectoria, conoce de primera mano tantos sitios que seguramente puede decir con conocimiento de causa cuál es el mejor sitio para vivir . De hecho, esta sudamericana que trabaja como 'freelance' acaba de explicar en un artículo en 'Business Insider' que tras haber visitado 90 países y viajado durante nueve años a tiempo completo por todo el mundo, tiene claro que « solo he encontrado un lugar en el que quiero vivir ». Esta es su historia y su elección. «Viví en ciudades de España, Italia, India, Vietnam, Uruguay y México, y visité 90 países. Al final me di cuenta de que Chiang Mai (Tailandia) era el único lugar donde quería vivir», reconoce ella en el artículo. Por su trabajo, y antes de su vida nómada también había estado a caballo entre California y Nueva York, con lo que conoció el ritmo y estilo de muchas ciudades. Pero ninguna como Chiang Mai. Lola viajó por primera vez a Tailandia en 2015. «Era mi primera vez en Asia. Había empezado a seguir las enseñanzas de Buda y estaba deseando visitar un país donde se practicaran», expone en el artículo, en el que confiesa que se obsesionó con los masajes tailandeses y el 'Khao Soi', un plato local con fideos de huevo. «Cuando mis vacaciones de un mes llegaron a su fin, me eché a llorar. Tenía claro que volvería», explica. Y repitió otra vez, pero la vida le llevó a tener que volver a Sudamérica para estar por su familia porque su padre había enfermado. A pesar de estar durante cinco años entre Uruguay y México, no se olvidaba de Chiang Mai. Esta ciudad, ubicada en una zona de montaña del norte de Tailandia, le atrajo desde el primer momento y tras la muerte de su padre, Lola decidió mudarse allí. El mismo día en que falleció el patriarca, de hecho, « un amigo me aconsejó que siguiera a mi corazón y me mudara a Tailandia », comenta. A la práctica, no era tan fácil y un año y medio después voló a Bangkok por trabajo. «Cuando el avión aterrizó en Tailandia y vi la primera pagoda, supe que había tomado la decisión correcta », incide Lola. La periodista desvela orgullosa que, además en la actualidad paga unos 325 euros al mes de alquiler, casi la mitad que en México o cuatro veces menos que en Nueva York. El dinero, así, importa: la periodista ejemplifica que los taxis, fruta exótica o los masajes allí son muy baratos. Por si esto fuera poco, Tailandia tiene autorizada el cannabis con fines medicinales que ella requiere por un tema de salud. Instalada ya allí, Lola ha creado una comunidad asistiendo a eventos que coinciden con mis intereses, como clases de yoga, talleres de cerámica, reuniones de coworking y clases de baile. Y, lo más importante, sentencia ella, «es que me siento bien acogida por los tailandeses ».