La nómina es un documento que todos los trabajadores por cuenta ajena reciben mensualmente, reflejando tanto el salario como diversas deducciones. Revisarla detenidamente cada mes es crucial para asegurarse de que todos los conceptos están correctamente reflejados y evitar sorpresas desagradables en el futuro.
Dentro de los datos reflejados en la nómina, un aspecto esencial es la base de cotización, que a menudo pasa desapercibida, ya que este dato influye directamente en el cálculo de la futura jubilación.
La base de cotización es el salario total que un trabajador recibe al mes, conocido también como sueldo bruto. Este incluye las pagas extraordinarias prorrateadas, las horas extra, y las vacaciones remuneradas, tanto disfrutadas como no disfrutadas. Sin embargo, no todos los ingresos se consideran en la base de cotización. Los gastos de transporte reembolsados, las dietas y la formación adicional pagada por la empresa no se incluyen en este cálculo.
Todos los trabajadores están obligados a cotizar a la Seguridad Social, lo que les da derecho a la asistencia sanitaria y a diversas prestaciones económicas en casos de desempleo, jubilación, incapacidad temporal y otras situaciones. La cuantía de estas prestaciones dependerá de las cotizaciones acumuladas a lo largo de la vida laboral. Dependiendo de lo que se cotice a la Seguridad Social, el importe de la prestación será mayor o menor.
La base de cotización es fundamental para determinar el importe de la pensión de jubilación. La cuantía de la pensión contributiva se calcula en función de las cotizaciones realizadas durante los últimos 300 meses antes del retiro laboral.
Además, las bases de cotización varían según el régimen en el que esté registrado el trabajador, como el régimen general, el de autónomos, el de trabajadores del mar, artistas y toreros, el sistema especial de trabajadores agrarios, o el de empleados del hogar.