Durante años y años, el Senado costeaba el viaje de los clasificados a la Olimpiada de Matemática. La tradición se rompió, por primera vez, durante la gestión de Milei y Villarruel: negaron financiar los pasajes mientras repartieron viáticos a distintos legisladores. Los pibes hicieron una colecta, viajaron igual y volvieron con resultados: obtuvieron una medalla de plata, tres de bronce y una mención de honor.